El misterio de Bildu

JORGE M. REVERTE-El País
  • Pedro Sánchez ha conseguido, con la inestimable ayuda de Pablo Iglesias, hacer que una buena parte de los socialistas, aún heridos por las balas etarras se revuelvan contra su jefe

Poco a poco, en un proceso que ha sido escasamente reconocido por los anteriores depositarios de los lugares donde reposan los cadáveres de la Guerra Civil, los herederos políticos de ETA han ido pidiendo perdón por sus más que reprobables conductas. La extrema derecha española ha hecho difícil el sueño de Alfredo Pérez Rubalcaba de incorporarlos a la política. Porque eso es lo que quería Alfredo. Lo demás ha venido solo. Salvo un reducidísimo grupo fiel a la estúpida y sin salida estrategia de Txapote y compañía, todos han ido pidiendo perdón por la burrada del pasado. Todos han seguido la línea marcada por Alfredo, que curiosamente no fue asesinado por ETA sino por alguien tan traidor como la organización, un ictus.

Los militantes de Bildu, elegidos democráticamente por sus votantes, llegan a duras penas a sumar cinco parlamentarios. Cinco es muy poco para cambiar la Constitución Española. Son 10 veces menos que los representantes de Vox, que también quieren cambiar la Constitución. Les parecen muchos a los del PNV. El misterio de Bildu reside no solo en su capacidad para multiplicar su presencia en el Parlamento español, sino en amplificar, gracias a la extrema derecha, representada por Vox y algún espontáneo completamente ajeno a las directrices marcadas por alguien como Pérez Rubalcaba.

Aparte de todo, está Pedro Sánchez, capaz de vender un coche viejo a cambio de un puñado de votos nuevos. Pedro Sánchez ha conseguido, con la inestimable ayuda de Pablo Iglesias, hacer que una buena parte de los socialistas, aún heridos por las balas etarras, se revuelvan contra su jefe. Ese es el misterio de Bildu.