PEDRO CHACÓN-EL CORREO

  • Alfonso X fundó en el País Vasco doce villas, con una función defensiva frente a Navarra y de apertura de vías de comunicación desde Castilla hacia Francia

Este año se cumple el 800 aniversario del nacimiento del rey de Castilla y León Alfonso X el Sabio (1221-1284) y estos días de verano pueden resultar propicios para recordar su figura. No obstante, quien piense que Euskadi fue perfectamente independiente hasta 1839, en que una inicua ley de fueros acabó con las libertades de los vascos, puede obviar lo que sigue, no vaya a ser que esto que vamos a decir pudiera contradecir en lo más mínimo creencias muy arraigadas procedentes de autoridades muy consagradas. En cambio, para quien sepa que el nombre de Euskadi, con el que hoy denominamos al País Vasco, tiene una antigüedad que apenas supera la octava parte del legado histórico de Alfonso X el Sabio entre nosotros, y tenga curiosidad por lo que nos dice la historia sobre esta figura, aquí va una pequeña muestra de lo que hizo dicho rey por nuestra tierra.

Alfonso X el Sabio fundó, entre 1256 y 1272, doce villas en el País Vasco, cinco en Gipuzkoa (Tolosa, Segura, Villafranca de Ordicia, Mondragón y Vergara) y el resto en Álava (Salvatierra, Santa Cruz de Campezo, Corres, Peñacerrada, Contrasta, Salinillas de Buradón y Arceniega). Hoy esas villas han cambiado sus nombres, salvo en el caso de Tolosa y Segura, donde no se ha podido encontrar nombre sustitutorio. Villafranca de Ordicia se llama hoy Ordizia. Mondragón es Arrasate/ Mondragón. Bergara se pone con ‘b’. A Salvatierra se le pone por delante Agurain, que no tiene historia, pero es euskérico. Santa Cruz de Campezo es un concejo integrado con otros en un municipio llamado Campezo/ Kanpezu. Corres se llama hoy Korres y es también un concejo del municipio Arraia-Maestu. Peñacerrada se mantiene como municipio y se llama oficialmente Peñacerrada/ Urizaharra. Contrasta es también concejo dentro del municipio de Harana/ Valle de Arana y oficialmente se llama Kontrasta. Salinillas de Buradón es actualmente un concejo del municipio de Bastida/ Labastida, que se llama oficialmente Buradon Gatzaga/ Salinillas de Buradón. Y, finalmente, Arceniega, situada en el extremo noroccidental de la provincia, se llama oficialmente solo Artziniega.

Todos estos municipios, sin excepción, están gobernados por el nacionalismo. Concretamente por el PNV: Salvatierra, Tolosa, Arrasate-Mondragón, Arraia-Maestu, Harana/Valle de Arana y Labastida; y por EH Bildu: Segura, Bergara, Ordizia, Artziniega. Campezo y Peñacerrada están gobernadas por agrupaciones municipales pero el segundo partido en ambas también es el PNV. El PSE, cuando tiene algún concejal, lo emplea en apoyar el PNV frente a EH Bildu, caso de Tolosa y Arrasate. Mientras que el PP solo aparece en Labastida, donde ganó en concejales, pero fue superado por la coalición entre PNV y EH Bildu.

Todos estos municipios fundados en su día por Alfonso X el Sabio tuvieron una función defensiva frente a Navarra (caso de Salvatierra, Kontrasta y Kampezu) y de apertura de vías de comunicación desde el interior de Castilla hacia Francia (caso de Segura, Ordizia y Tolosa) y hacia las villas costeras de Hondarribia, Getaria, Motriku y Zarautz, ya fundadas previamente por los antecesores de Alfonso X (caso de Bergara y Arrasate). Téngase en cuenta que el periodo de fundación de villas en el País Vasco, a cargo sobre todo de los reyes de Castilla, aunque también al principio intervinieron los reyes de Navarra, se extendió entre los siglos XII y XIV, periodo durante el cual, a partir de 1200, Gipuzkoa y Álava pasaron de la órbita navarra a la castellana.

Fueron 69 las villas vascas fundadas entonces. En ese número se incluyen también las vizcaínas, a las que les otorgaba fuero directamente el Señor de Bizkaia, vasallo del rey de Castilla, hasta que en 1379, debido a los continuos nexos matrimoniales entre ambos linajes, coincidieron los dos títulos en la misma persona, el rey Juan I de Castilla.

Las villas fundadas en lo que hoy es Euskadi por Alfonso X no guardan recuerdo de su fundador. Lo mismo ocurre en Bizkaia, que suprimió su condición de Señorío en 1986. Pero sabemos que aquellos reyes y señores existieron, dejaron documentos, testimonio de una historia real. Fueron nuestros auténticos padres fundadores. Hoy, en cambio, rige una historia alternativa a esta, que no les tiene en cuenta, protagonizada por un sujeto histórico construido desde el presente, un pueblo con identidad inmutable desde tiempos inmemoriales hasta hoy, que se rige por el deseo de independencia.

Así, por ejemplo, el hecho de que Navarra y Castilla fueran reinos que luchaban entre sí y que en 1200 la derrota del primero se saldó con que Álava y Gipuzkoa pasaran al segundo, se explica como resultado de que un pueblo con identidad decidió libre y autónomamente desvincularse de un rey para abrazar a otro que le ofrecía mejores perspectivas de futuro. Y así con todo.