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  • España podría aspirar a un modelo mejor: una concentración a la japonesa

Rajoy mostró a Casado los justos términos de la alternancia: centrarse en la economía y «arreglar lo que otros desarreglaron». Lo demás, igual o parecido.

Si esto no fuera posible, si Vox se fuera de madre (le zumba hasta el liberalismo maoísta), ya hay voces que piden la coalición PP-PSOE, el modelo alemán. Recientes encuestas indican que en España se valora más a Merkel y a los alemanes que en la propia Alemania, lo que indica la magnitud de la propaganda.

Pero entre el turnismo y la ‘grosse koalition’, España podría aspirar a un modelo mejor: una concentración a la japonesa. Sería un nuevo Estado que superaría el del 78 para imitar el Estado japonés de los siglos VII y

VIII: el ‘ritsuryo’.

La peculiaridad de ese Estado es que tenía un gran ministerio de la izquierda y un gran ministerio de la derecha. El primero contenía los ministerios de la presidencia, de personal (colocaciones), asuntos civiles y populares; el segundo se ocupaba del ejército, el tesoro y la justicia. Sería perfecto porque todo el mundo tendría ministerios, que es de lo que se trata, y además estaría institucionalizada la división de funciones: unos lo económico-militar y otros lo ritual-cultural-social, sin ineficiencias ni fricciones.

Ese Estado japonés era tan perfecto y ya tan español que hasta tenía un ministerio del Centro (la necesaria integración del centro del centro), el ‘naidaijin’, que sería el ministeriete para los de la tercera España.

Estaba todo tan pensado en ese Estado que a los altos cargos de la administración no se accedía por mérito u oposición, estaban copados por una casta superior (‘shogoinijo’ o cogollito). Eran unos 300 cargos (pocos nos parecen) que heredaban los descendientes.

Esa estructura se regía por una estricta legalidad (¡ley de pandemias!) y por los principios del confucianismo, que aquí deberían ser sustituidos por el Consenso y las coles de Bruselas verde-woke.

¿No se inspiró Millán-Astray en el bushido para la Legión? ¿No fue Japón lo que inspiró a Chiquito? ¿Y no fueron creaciones españolísimas? ¡Pues fundemos un nuevo Estado ibérico-nipón!