BRAULIO GÓMEZ-EL CORREO
El teatro de la política española representado por dos bloques ideológicos en continuo enfrentamiento cada vez se parece menos a los espectadores que asisten a su función. Aprovechando la nueva demanda y el hastío generalizado con la programación habitual, hay tres nuevas ofertas en el debate público que proponen salirse del guion de los bloques ideológicos para acercarse más a una ciudadanía que cada vez se deja menos representar. Dos de ellas ya han activado su ambición de representación, la tercera espera su oportunidad.
En los últimos años la desigualdad de género ha entrado con fuerza en la agenda y en el debate público gracias, entre otras, a las grandes movilizaciones del 8-M. La pregunta para cuándo la primera mujer presidenta de Gobierno de España o para cuándo la primera mujer lehendakari está en el aire. Los partidos tradicionales han reaccionado a este nuevo contexto adaptando su oferta al nuevo tema de competición política. Este fin de semana cinco mujeres entre las que se encontraba la vicepresidenta Yolanda Díaz han presentado su propia propuesta para representar ese espacio. El discurso habla de ruptura de bloques ideológicos y da centralidad a los cuidados, la salud mental y al diálogo con el diferente. No parece una nueva refundación de la izquierda.
El segundo espacio tiene que ver con la dimensión rural-urbano. La España vaciada ya es una marca registrada que puede acabar con representación en el Parlamento más allá de Teruel. Todas las provincias que sufren en su vida cotidiana el efecto de la despoblación ven la posibilidad real de condicionar la acción gubernamental desde el Congreso. El plan ya está trazado y el discurso visibiliza la brecha de desigualdad entre los servicios públicos que disfruta la ciudadanía según viva en grandes ciudades o en pueblos y ciudades pequeñas. Por ejemplo, hablan de 100 megas de banda ancha en todo el territorio y que ningún pueblo esté a más de 30 kilómetros de una vía de alta capacidad ni a más de 30 minutos de un servicio básico. También quieren bajar las ratios mínimas para poder mantener abierto un colegio rural abierto con tres niños. No parece la refundación de la defensa de intereses reaccionarios y conservadores del campo.
Hay otro espacio del que se habla menos porque todavía no se ha activado. Tiene que ver con los que creen que los bloques izquierda y derecha solo funcionan para radicalizar y generar conflictos y polarización. El fracaso reformista de Podemos y Cs como representantes de la nueva política dejó muchos huérfanos. Este espacio tiene que ver con lo que transmiten desde su ínsula radiofónica Eduardo Madina y Borja Sémper. Aquí encajan los discursos de los fugados por la izquierda de Ciudadanos, como Toni Roldán, también empeñado en acabar con la política de bloques y en la modernización de España y muy sensibles al conflicto intergeneracional y la precariedad de los jóvenes.
Todos estos espacios no van a ser regalados por los partidos tradicionales, veremos próximamente cómo readaptan sus estrategias a las nuevas dimensiones de competición política y contra cuántos rivales les va a tocar finalmente competir.