ISABEL SAN SEBASTIÁN-ABC

  • La amnistía es parte del guion redactado por Zapatero con ETA, que acaba en la voladura de España

No se remonta este titular a la traición perpetrada contra la Segunda República por Francisco Largo Caballero, autor del crimen liberticida a gran escala que llevó a la Guerra Civil. Eso es historia suficientemente estudiada, que los españoles habíamos superado merced a la Transición. Me refiero en este caso al apuñalamiento alevoso de las víctimas del terrorismo y los vascos defensores de la Constitución cometido por Zapatero con su falsario ‘proceso de paz’, auténtica rendición del Estado de Derecho ante ETA. De esos polvos ensangrentados vienen los lodos de Sánchez.

La claudicación del Gobierno socialista ante la organización terrorista se nos vendió como una transacción brillante, gracias a la cual los etarras deponían las armas sin percibir nada a cambio. ¡Mentira! La verdad es que estaban derrotados, su capacidad de atentar había sido reducida al mínimo por las fuerzas de seguridad y necesitaban desesperadamente el oxígeno institucional y financiero que les proporcionó ese felón movido por el rencor, la vanidad y un sectarismo feroz aliado a una gran estulticia. Con el tiempo la izquierda en bloque ha unido sus fuerzas a las del separatismo para adulterar el relato, hasta transformar el complejo entramado delictivo conocido como ETA, perfectamente descrito en el sumario 18/98 de la Audiencia Nacional, en una mera cuadrilla de asesinos. Acabados los asesinatos, desaparece como por ensalmo la estructura que les daba cobertura, queda blanqueado el tentáculo político del monstruo, reintegrado en la vida pública con honores de socio preferente, y Otegi adquiere la condición de «hombre de paz». Quienes siguen clamando memoria, dignidad y justicia son tildados de revanchistas y arrinconados en la extrema derecha, y la lucha de cuantos plantamos cara a la banda se convierte en una gigantesca pérdida de tiempo, libertad y felicidad, ante la derrota propiciada por el cambio de bando obsceno que lleva al PSOE a alinearse con los enemigos de nuestra nación.

Exactamente lo mismo está sucediendo ahora en relación a Cataluña. Con más repercusión mediática y más resistencia por parte del PP, que en tiempos de Rajoy no opuso ninguna, pero siguiendo un mismo guión, redactado al detalle entonces, que acaba en la voladura de España. El primer paso fue indultar a los golpistas y soltarlos, a la vez que eran excarcelados sin ruido muchos sicarios del hacha y la serpiente, por cierto. La segunda fase es la amnistía; es decir, el borrado de su pasado penal en aras de revestirlos de legitimidad democrática mientras queda laminada la de quienes los combatieron, sujetos a persecución por haber utilizado fraudulentamente la ley contra adversarios políticos (eso es exactamente lo que exige Puigdemont, deseoso de encausar al juez Llarena). Vendrá después el referéndum, previo reconocimiento de la «nación catalana», y sabe Dios qué infamia más. Sánchez no hace sino rematar lo que empezó Zapatero. Avanzar por el camino de una misma traición.