Ignacio Marco-Gardoqui-El Correo
El carrusel de las pensiones carece de fin. La cuantía de las pagadas en el mes de noviembre sube hasta unos espectaculares 24.000 millones de euros, que es la suma de los 12.100 millones correspondientes al pago mensual normal, más los 11.823 millones de la paga extra que corresponde abonar este mes. Era de esperar, una vez que el Gobierno decidió aumentarlas en un 8,5% desde principios de año. La subida ha resultado mayor y se ha ido hasta el 10,9% como consecuencia de que las nuevas prestaciones superan en un 26% la media de las pensiones pagadas anteriormente. Se podrá decir que el sistema es deficitario, pero hay que convenir que también es muy generoso y más que lo va ser con la subida prevista para el año venidero y que será del 3,8% gracias (?) a que la inflación, y como es costumbre, se ha moderado en el mes de noviembre. No sé si lo ha notado, pero es lo que dicen quienes se encargan de medirla.
Creo que la calificación de generoso no es discutible, tanto si se refiere al porcentaje de sustitución, el que mide la relación entre la primera pensión cobrada y el último sueldo percibido, como si nos fijamos en la cuantía de las pensiones altas. Las bajas son otro cantar… La máxima pasa de 3.059 euros al mes a los 3.174 euros, que en términos anuales supone pasar de los 42.823 euros a los 44.459. Un sueldo que parece descompensado con respecto no ya a lo que cotiza un trabajador que se incorpora al sistema, sino a lo que gana por su trabajo.
Antes de que se desaten las críticas y se despierten las iras, le diré que, por mi parte, estoy encantado con la subida y me parece estupenda. Mis dudas aparecen, una vez más, cuando miro hacia adelante y me entran las estúpidas preocupaciones por la sostenibilidad del sistema. Si comparamos estos datos referidos al gasto con las previsiones de incremento de los ingresos procedentes tanto de las estimaciones de crecimiento del empleo, como de las alzas de las cotizaciones máximas, que serán del 5%, resulta muy difícil cuadrar los números. No se llega ni de lejos. Así que la conclusión inevitable es que aumentará, un año más, el agujero de la Seguridad Social.
¿Y a usted que más le da? Que diría Patxi López. Pues es verdad. Para eso tenemos los Presupuestos, que ya sabemos que son inagotables, y cuando Europa nos obligue a limitar su tamaño, si es que lo hace, ya buscaremos una fórmula para engañar a Bruselas, obtener más tiempo y seguir a lo nuestro. Si no mira las cifras convendrá en que el título es cierto y el carrusel de las pensiones no tiene fin. Pues nada, a dar otra vuelta…