Fernando Savater-El País

Ahora toca ejercer este derecho de una forma auténtica, en elecciones generales

La convicción más arraigada de parte de nuestra izquierda es que los Gobiernos de derechas son una anomalía en democracia, que solo se corrige cuando regresa al poder la izquierda… sea en las circunstancias que fueren. Así ha vuelto a demostrarse tras la moción de censura, cuando tantos han exultado como si ya por fin tuviésemos un Gobierno legítimo después de años de usurpación. ¡Se ha restablecido lo que el pueblo quiere y nuestros males políticos serán purificados! Aunque confieso que me he llevado bastantes sustos al respecto (la democracia es inmejorable como régimen político, pero fatal para los nervios), me encantaría saber lo que los ciudadanos quieren hoy. Sabemos lo que quisieron ayer viendo el Parlamento actual, cuando el nombre del ahora presidente se consideraba veneno para las urnas. Para conocer si han cambiado de opinión y en qué sentido no hay más remedio que convocar elecciones. No bastan los elogios al Gobierno recién nombrado, para unos “brillante” y para otros solo “reluciente”, ni la celebración por algunos medios entusiastas de las mañanas que cantan y ríen mientras nos esperan. Hay que preguntarle a la gente, por si acaso interpretamos mal sus deseos.

Estamos hartos de oír a quienes piden el “derecho a decidir” y aún más de escuchar a los despistados responder que tal derecho no existe en las constituciones democráticas, cuando es el fundamento de todas. Lo que nadie tiene es derecho a decidir quién puede decidir y quién no en cada parcela del país de todos. Ahora toca ejercer el derecho a decidir auténtico, en elecciones generales. No debemos conformarnos con el interesado dictamen de que ya tenemos no solo lo que de veras queremos sino lo que necesitamos, aunque nos lleve tiempo darnos cuenta… ¡Elecciones, ya!