Juan Carlos Viloria-El Correo

  • Unidas Podemos cambió poder institucional por poder electoral y puede perder los dos

Podemos está intentando recuperar su imagen de partido anti-sistema; volver a la antipolítica que le dio tanto rédito en sus orígenes. Cuando paseaban por Madrid el ‘tramabús’ de la corrupción con fotografías que iban de Bárcenas a Felipe González; de Juan Luis Cebrián a Rodrigo Rato; de Aznar a Miguel Blesa. Así, en pocos años, pasaron de las carpas de la Puerta del Sol a la mesa del Consejo de Ministros. Pero su imagen de denunciantes del sistema se convirtió en la de servidores del ‘establishment’. Ahora atacan al hermano de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Diaz Ayuso, colocando un gigantesco cartel en el centro de la capital acusándole de corrupción. Una especie de intento de impugnar a la hermana por delegación ya que la experiencia de las últimas elecciones les indica que cuanto más la fustigó Pablo Iglesias más se acercó ella a la mayoría absoluta.

Utilizar a familiares y hermanos que no se presentan a las elecciones para hacer campaña de desprestigio ya es saltar todas las líneas rojas de los usos democráticos, pero eso es precisamente lo que pretende Podemos. Que el electorado se olvide de lo que son y les vote como lo que fueron. En el terreno de los medios de comunicación han sustituido la cara de Cebrián ex-directivo de Prisa por la Ana Rosa Quintana líder de audiencia en Tele 5. Pero si en su momento el trama-bus y la acusación hiperbólica de denunciar a la mafia politico-mediática-empresarial pudo tener algún impacto ahora la reedición resulta patética. Gritar en un mitin, como hacía este pasado fin de semana el candidato de Podemos a la alcaldía de Madrid Roberto Sotomayor, que cuando llegue al Ayuntamiento de Madrid le va a quitar a la Ana Rosa la medalla que le acaba de conceder Ayuso, roza el absoluto ridículo. Inventarse como ha hecho Pablo Iglesias que la derecha está preparando un golpe de estado en Madrid demuestra lo desesperados que están en la cúpula.

Culpar a las derechas del acoso xenófobo y antimadridista a Vinicius Junior, pasando por Ana Rosa perfila un final de campaña patético. Es de ciencia ficción que ahora Podemos ataque al PSOE con el que han gobernado cuatro años mimados por Sánchez. Confundir a Bárcenas con Amancio Ortega, Juan Roig o Matutes, los empresarios que más trabajo productivo crean en España indica lo lejos que están de la realidad social o lo desesperados que están cuando su mejor baza, la vicepresidenta Yolanda Díaz, ha decidido montar su propia sigla sin contar con ellos. El miedo al vacío después de asistir al derrumbe de la sigla en Galicia, Andalucía, Madrid, les ha situado en una campaña desesperada porque, si como dicen algunas encuestas, no llegan al 5% en la Comunidad de Madrid el partido desaparecerá en la capital y en toda España. Cambiaron poder institucional por poder electoral y pueden perder los dos.