A la mayor gloria de Podemos

ABC 30/05/17
RAMÓN PÉREZ-MAURA

· Lo que hemos vivido con esta causa que se ha seguido contra Rato es más propio de la URSS que del Reino de España

EL pasado viernes se vivió un hecho que será muy relevante a la hora de analizar cómo evolucionó la opinión pública española en estos años. El juez de instrucción número 31 de Madrid decidió archivar la causa en la que se acusaba a Rodrigo Rato del blanqueo de dinero de comisiones cobradas ilegalmente cuando era ministro de Economía y vicepresidente del Gobierno. Después de haber visto a Rato sometido a las mayores humillaciones ante las cámaras de televisión gracias a la actuación de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, el juez calificaba la imputación formulada de «una conjetura» y de «sospechas sin sustento». Pues menos mal, porque si llegan a tenerlo le queman en la plaza pública con grandes alardes y despliegues de la Santa Inquisición.

No tengo trato ni mucho menos amistad con Rodrigo Rato. Cuando ocupaba cargos de Gobierno me lo presentaron hasta cuatro veces, pero nunca retuvo mi nombre. Él tenía cosas y personas más relevantes de las que acordarse. Mas tengo muy claro que lo que hemos vivido con esta parte de la causa que se ha seguido contra él es más propio de la Unión Soviética que del Reino de España. No tengo ni idea de qué otras responsabilidades puede tener, quizás incluso hasta alguna culpa. Pero sólo por lo que él ha sufrido en este tiempo, España es un país en el que no hay Justicia y no hay Derecho. Porque si la lentitud de la Justicia es una injusticia, el asaeteamiento público por los medios de comunicación es una forma de asaltar el honor, lo último que queda a quien todo ha perdido. En los últimos meses he escuchado a personas de buen criterio, mesuradas, decir que la forma en que Rato se había procurado comisiones desde el Gobierno era intolerable. Todavía no he escuchado a esos amigos retractarse, aunque estoy seguro de que lo harán. El problema no son ellos. El problema es la inmensa mayoría de los españoles en los que se ha asentado otra convicción. Y la desvergüenza de los medios que propalaron esas falsedades de la instrucción. El pasado sábado ABC informaba de la resolución del juez con un inequívoco titular a cuatro columnas en la página 2 («El juez descarta que Rato blanqueara dinero con las empresas privatizadas»), acompañado de un «Astrolabio» del Director de ABC. Los otros dos diarios de información general que hay en Madrid (excluyo al de intoxicación particular) despachaban el asunto uno con una breve información en el faldón de una página y el otro con una página entera de la que se llegaba a la conclusión de que a pesar de lo dictaminado por el juez, Rodrigo Rato es culpable. Y no sé si lo es o no. Pero sí tengo muy claro que la misión de los medios de comunicación no es la de denunciar las actuaciones judiciales que nos estropean un buen titular.

Pobre España. Tanta basura siempre a beneficio de los mismos: Podemos.