Adiós a cualquier pacto

EL MUNDO – 26/01/16 – VICTORIA PREGO

Victoria Prego
Victoria Prego

· Si había un momento especialmente delicado para el Partido Popular era precisamente éste en el que Mariano Rajoy estaba intentando servirse de Albert Rivera e, indirectamente, de Pablo Iglesias para forzar al aparato del PSOE a que forzara a su vez a Pedro Sánchez a aceptar algún tipo de acuerdo a tres bandas –PP, PSOE, Ciudadanos– que permitiera enhebrar un Gobierno más o menos estable para una legislatura corta.

Pero los jueces, la Fiscalía Anticorrupción y la Guardia Civil asestaron ayer a las pretensiones del presidente y de todos los que piden ese acuerdo a tres bandas «por el bien del interés general de España» un golpe del que es muy difícil que puedan recuperarse a tiempo. El despliegue que pudimos ver sugiere que estamos ante una trama enorme, organizada y empotrada en la Generalitat Valenciana, en la Diputación, en el Ayuntamiento de Valencia, en el de Játiva, en varias empresas… y en el propio PP.

Si de la operación desplegada ayer se concluye lo que se sospecha, resultará que el PP valenciano, comandado por muchos de sus dirigentes, se había convertido en una organización para delinquir. Esa es una acusación de una envergadura tal que es capaz de tumbar la más argumentada apelación a los intereses de España porque no es posible que el interpelado, Pedro Sánchez, no responda preguntando si alguien está dispuesto a sostener que debe asociarse con una banda de ladrones.

El líder socialista tiene muy fácil la huida. Es más, casi está obligado a escapar al galope de cualquier ofrecimiento de juntarse con el PP para construir algo, sea esto lo que sea. Y Rajoy tiene ahora más difícil que nunca mantener su oferta de acuerdo para la regeneración y su aspiración a que Sánchez fracase en su acercamiento a Podemos y se vea empujado por sus barones a cederle el paso, aunque sólo sea con su abstención, en una hipotética sesión de investidura.

La posibilidad de un acuerdo con el PSOE se ha convertido desde ayer en una quimera, así que más vale que empecemos a barajar otras salidas. De entrada, es a Iglesias a quien de verdad ayer le ha «sonreído el destino», porque los registros y los bloqueos de más de 200 cuentas corrientes, algunas pertenecientes al PP, han cegado de un hachazo varios caminos, pero han dejado libre y asfaltado el que conduce precisamente a él.

La combinación política que se dibuja en el horizonte del Gobierno es cualquier cosa menos deseable y, de consumarse, llevará probablemente a nuestro país al desastre económico y, por tanto, social. Pero la responsabilidad de lo que suceda será de quien ha amparado en su seno las más numerosas y extendidas redes de corrupción. Y ése es, si se prueban las sospechas, el PP de Rajoy, que no se ha ocupado en su momento de limpiar de sinvergüenzas sus filas.

EL MUNDO – 26/01/16 – VICTORIA PREGO