A veces -cosas del secarral informativo propio de la estación- deviene en asunto nacional la última gilipollez que se le ha ocurrido a un concejal de Izquierda Unida (ICV) de Torredembarra, un uomo cualunque que ha colgado en su blog un falso anuncio del Gobierno de España, con el lema S.O.S. Extremadura needs you.
Se trataba de una petición que él suponía irónica para apadrinar a dos «nens extremenys», dos niños desharrapados y tercermundistas que podrían haber sido figurantes en Los olvidados, un homenaje a Luis Buñuel en el 25º aniversario de su fallecimiento.
No era el caso. Se trataba de una crítica, dizque humorística, al resultado de las balanzas fiscales. Puesto a hacer demagogia, habría sido más inteligente retratar a los niños, limpios y lustrosos, compartiendo ese ordenador que la Junta ha comprado a cada dos escolares con el dinero que expolian a Cataluña. El pobre Suñé quizá no sepa que niños como los de la foto puede encontrarlos más cerca, en el barrio barcelonés de La Mina, y que a veces los mares del Sur, la otra cara de la luna y de la prosperidad, se encuentran a unas pocas paradas de metro de la casa de uno, tal como describió Vázquez Montalbán en la mejor novela de Carvalho.
Unos días antes del 23-F, Carmelo Garitaonaindía, un profesor de la UPV que había militado en ETA durante el franquismo, publicó un artículo en El País, «ETA, mátalos; pero a todos», con una lista, minuciosa hasta el absurdo, de los enemigos del pueblo vasco; tantos, que aconsejaba el exterminio de toda la población: «Aunque haya alguno que quizá no haya hecho o no haga nada contra Euskalherría, sin duda tuvo alguna vez un pensamiento diferente del vuestro para alcanzar esa Euskadi socialista, euskaldun e independiente que proponéis. O para evitar que lo tenga».
Era, evidentemente, un sarcasmo que estuvo a punto de costarle un disgusto. Un fiscal celoso entendió el artículo en su sentido literal e instruyó unas primeras diligencias por si el autor pudiera haber cometido un delito de apología del terrorismo.
El concejal Lluís Suñé fue cabeza de lista de ICV por la circunscripción de Tarragona en las elecciones del pasado 9 de marzo. El es una prueba concluyente de la selección negativa de la especie política. El primer candidato del Partido Comunista por Tarragona en las elecciones del 15 de junio de 1977, fue Josep Solé Barberá, un abogado brillante, un tipo culto e inteligente, que había sido fundador del PSUC y defensor en el proceso de Burgos, y que en aquellos comicios salió elegido diputado.
El concejal Suñé, que ha pedido disculpas porque no quería ofender, es que no comprende las metáforas. El PSOE de Extremadura, que se ha puesto campanudo para acusarle de «posible utilización pornográfica infantil para fines políticos», tampoco. Aquí se entienden mejor los insultos. A veces, incluso pretendemos cobijarlos en el derecho a la libertad de expresión.
En esta Babel simpática, la pederastia es una acusación política con futuro, como antes lo era el terrorismo. Ministra ha habido que ha hablado de «terrorismo medioambiental» sin descomponer la figura, y en la España de la igualdad que regenta la ministra Aído unos cientos de progres nostálgicos fueron al Alcázar de Segovia a oír a Joan Baez, que volvió a cantar El preso número 9, la apología más brutal de la violencia de género jamás cantada, que se llevó los aplausos más fuertes del repertorio: «Los maté, sí señor, y si vuelvo a nacer, yo los vuelvo a matar. Padre, no me arrepiento, etcétera».
En estas fechas, las portadas de los periódicos deberían insertar un aviso: «El género dentro, por el calor». ¡Ah, las vacaciones!
Santiago González, EL MUNDO, 1/8/2008