Ahora toca camelar a los pensionistas

EL MUNDO – 24/09/15 – VICTORIA PREGO

· Los pensionistas, los votantes más delicados y temerosos, con todo motivo, han entrado de lleno en el debate. La lista de los Juntos está repartiendo propaganda para asegurar a los jubilados catalanes que nada tienen que temer porque las finanzas de una Cataluña independiente serán tan boyantes que incluso se podrán subir las pensiones un 10% sobre el montante actual.

No explican por qué razón afirman tal cosa ni hacen cuenta alguna que justifique su afirmación. Simplemente lo dicen y con eso tienen bastante. E ignoran olímpicamente los datos objetivos que dicen que en Cataluña se recaudaron cotizaciones sociales por valor de 14.500 millones de euros y, sin embargo, se pagaron pensiones por valor de 20.000 millones. Hay que ser ciego, o cerrar los ojos para no ver, para no darse cuenta de que Cataluña es deficitaria en ese aspecto, además de arrastrar un déficit considerable y tener su deuda calificada como bono basura, lo cual significa que los mercados no le van a prestar dinero más que a un interés inasumible, lo cual la encaminaría al desastre.

¿Todo eso importa algo? A ellos no porque lo que venden a los ciudadanos no está relacionado con la realidad sino con la ficción. Y por eso distribuyen unos folletos donde le dicen al pensionista que puede votar tranquilamente por la independencia porque nada malo le va a suceder. No estarán ante un panorama «devastador» como advierte el secretario de Estado para la Seguridad Social, no. Al contrario, todo será mejor y más brillante. Y no hay nada más que hablar.

Hay que aceptar el hecho de que es una batalla perdida la de convencer a los ya convencidos por esa propaganda, la de intentar que no se fíen de lo que les están prometiendo. Los convencidos no quieren escuchar ningún argumento, ninguna explicación racional, ninguna exposición de los datos económicos reales porque ya tienen asumido el relato de la fantasía, tanto la que se refiere al futuro como la que habla de un pasado negro de humillaciones, desprecios y expolios.

No es un fenómeno nuevo en la Historia, ya ha sucedido en otras ocasiones. Lo que sucede es que el despertar de ese sueño colectivo ha causado siempre un enorme desgarro y un infinito dolor.

Por eso ya pueden desgañitarse los líderes de los partidos defensores de la unidad de España, ya puede Felipe González comparar a Artur Mas, como hizo ayer, con Nicolás Maduro, que nada conseguirá ninguno de ellos. Los propagandistas de la fe independentista han tenido mucho tiempo para hacer su apostolado y a nadie enfrente que les desmontara el tinglado. Y han llegado hasta aquí.

Ahora ya no queda más que dirigirse a los otros, a los catalanes razonables que no han comulgado con esas ruedas de molino y pedirles, suplicarles, que este domingo acudan a votar. Sabemos que son muchos más que los abducidos por la nueva doctrina salvadora. En sus manos está reconducir a Cataluña por la senda del sentido común y alejarla de la locura. Hay que dirigirse sólo a ellos porque los otros están, de aquí al domingo, dramáticamente perdidos para la razón.

EL MUNDO – 24/09/15 – VICTORIA PREGO