Anatomía de una decadencia

RAMÓN PÉREZ-MAURA – ABC – 11/12/16

· Explicación Una causa del declive socialista es la cooptación de sus ideas por el centro derecha.

Por alguna razón no tan incomprensible, el auge de los populismos de izquierda y derecha ha supuesto una crisis mucho mayor de los partidos socialdemócratas que de los partidos de centro derecha, tanto democristianos como conservadores. Porque el liberalismo está, por desgracia, donde siempre estuvo: en la marginalidad. En el mejor de los casos en la marginalidad dentro de partidos gobernantes, pero las más de las veces en la marginalidad política absoluta.

Se entiende fácilmente el que en aquellos países en los que el populismo ha enraizado en partidos de extrema izquierda los partidos socialistas clásicos hayan visto muy mermada su base electoral. España y Grecia son dos elementos fáciles de entender. Pero tiene menos lógica, a priori, el que los países en los que ese populismo se hace partido en organizaciones a la derecha, como Francia o Alemania, sea el socialismo clásico quien más perjudicado es. El auge de Alternativa por Alemania y la consolidación del liderazgo del Frente Nacional son a costa de los partidos socialistas clásicos, a los que las siempre cuestionables encuestas atribuyen expectativas penosas.

Más singular aún es el paralelismo que se da entre Italia y el Reino Unido. Italia evidentemente rompe la regla general: allí el auge del populismo del Movimiento 5 Estrellas no es sobre el derrumbe de la izquierda clásica del Partido Democrático. La verdadera decadencia está en la derecha representada por Forza Italia. Pero esa no es una derecha clásica, sino un remedo populista. Y frente a un populismo que ya ha pasado largamente por el poder, se ha erigido otro.

La similitud con el Reino Unido radica en que la irrupción de un partido populista como el UKIP, que parece a punto de morir de éxito, se ha visto contestada a la izquierda por un Partido Laborista entregado en manos de Jeremy Corbyn, un líder tan populista que la inmensa mayoría de los británicos entiende que sus políticas son inviables y prefiere permanecer en el entorno del Partido Conservador, a pesar de los muchos errores heredados de la era Cameron.

A todo ello hay que sumar una causa más, y no precisamente la menor, en la decadencia de los partidos socialdemócratas. Y esa es la cooptación de sus ideas por los partidos de centro derecha. Los «socialistas de todos los partidos», de los que habló Friedrich Hayek, son los que no están dispuestos a dar la batalla de las ideas, como hicieran en su día Ronald Reagan y Margaret Thatcher. Esos saben que buena parte del electorado está encantada de que papá Estado les resuelva la mayor cantidad de cuestiones de su vida personal, en la mejor tradición de la socialdemocracia.

Y para hacer eso hay que subir los impuestos. Y mucho. Es decir, gobiernos de centro derecha con políticas fiscales socialdemócratas, como son los de Rajoy y Merkel. Frente a esta tendencia largamente asentada, surge ahora una opción rupturista, que es la de François Fillon. Por primera vez en la historia de la derecha francesa hay un candidato con ideas liberales y con verdaderas posibilidades de ser presidente. Pero eso no es sólo fruto de la decadencia de la socialdemocracia. Aunque también.

RAMÓN PÉREZ-MAURA – ABC – 11/12/16