Isabel San Sebastián-ABC

  • Frankenstein se descompone. Su cabeza huele a pólvora. Como diría el ‘difunto’ Iglesias, tic tac…

Si Madrid cavó la fosa política de Pedro Sánchez, Andalucía sepultará en ella al peor presidente que ha tenido España desde el arranque de la democracia. Será la patria chica de González y Guerra, el feudo ancestral del PSOE, su semillero de votos más fiel, el que rubrique el cambio de ciclo anunciado en ese documento del Consejo de Ministros cuyo contenido desveló ABC, exhibido por Yolanda Díaz con la desidia o la desvergüenza de quien desprecia las reglas de juego. ¿Por qué molestarse en esconder que quien preside esa reunión la aprovecha para hacer campaña? Es de dominio público que Sánchez no tiene empacho en servirse del Ejecutivo en beneficio propio. En contra de su discurso delirante, de su empeño en alardear de «gobernar para todos» y «defender las instituciones», el líder socialista ha utilizado sistemáticamente sus prerrogativas presidenciales para blindarse en el cargo a costa de humillarse y humillarnos favoreciendo a terroristas, indultando a golpistas o a secuestradoras de niños, okupando (con k) la Fiscalía General del Estado, lanzando ofensivas constantes contra la independencia judicial, cerrando arbitrariamente el Congreso de los Diputados, haciendo de mangas capirotes con la Constitución, o tratando de doblegar el honor de la Guardia Civil.

Todas esas infamias pasan factura y ahora, tras pagar un alto precio en las autonómicas madrileñas, tendrá que abonar otro plazo en las urnas del 19-J.

¡Qué paradoja! Andalucía, precisamente Andalucía, víctima durante lustros del caciquismo consistente en comprar sufragios a base de miseria y subsidios, sin olvidar la corrupción sistémica, se dispone a barrer del mapa las siglas del puño y la rosa que ella misma encumbró. ¡Cuánto mal ha tenido que hacer este dirigente felón para merecer tal castigo, y qué bien ha sabido aprovechar su oportunidad Juan Manuel Moreno Bonilla, para que hasta el CIS de Tezanos le pronostique una victoria arrolladora! Si el encuestador oficial de La Moncloa pone la venda demoscópica antes de la herida, a riesgo de contribuir a la desmovilización de un electorado ya de por sí poco entusiasta, es que el batacazo previsto debe de ser de aúpa. Una palada de tierra sobre el ataúd simbólico del todavía jefe del Gobierno por cada escaño de más que obtenga el candidato popular con respecto al socialista Juan Espadas. Entre once y diecisiete, a decir del CIS, cuando en las pasadas elecciones Susana Díaz venció con siete asientos de ventaja. La venganza se sirve fría, pensará ella al contemplar la debacle a la que se enfrentan sus verdugos.

Los andaluces tardaron en incorporarse al progreso que traen consigo las políticas de libertad, pero, una vez embocado ese camino, parecen decididos a permanecer en él. Y lo mismo haremos no tardando mucho el resto de los españoles. Frankenstein se descompone. Su cabeza huele a pólvora. Como diría el ‘difunto’ Iglesias, tic tac…