La vicepresidenta Carmen Calvo no tiene una idea clara de la sintaxis ni del significado de las palabras. Por eso, cuando un colega reformuló la pregunta que había dejado sin responder sobre si pensaban reducir el IVA de las mascarillas, ella se parapetó tras la mentira de la portavoz Montero, (qué más quisiéramos nosotros, pero es que la UE no nos deja) y respondió: “no voy a debatir con usted de esto”. No era debatir. En realidad quiso decir: no voy a responderle a esa pregunta. Arreglada estaría esta pobre mujer frente a Jeremy Paxman, el periodista de la BBC que en 1997 repitió una pregunta doce veces al ministro del Interior, Michael Howard, empeñado en irse por las ramas.
A esta fenómeno la sigue en el escalafón Pablo Manuel Iglesias a quien hemos visto tutelar la humillación al Rey en un viaje oficial a Bolivia para la toma de posesión del presidente Arce. Los dos colegas escucharon con el puño en alto la versión descacharrante del himno nacional en partitura que parecía escrita por el propio Iglesias, “una cutre pachanga fachosa”, según lo definió en la web rebelión.org en enero de 2015. Iglesias, con un traje de hechuras imposibles fue bautizado en mi blog por el ingenio de Jachuspa como ‘el cobrador del FRAP’.
Aigor, acompañado por Errejón, ya había visitado Bolivia en el verano de 2014. Entonces manifestaron su alegría con un tuit: “Qué gusto aterrizar en un aeropuerto y con una aerolínea recuperados para todos los bolivianos”. Hacía unos días que Evo Morales había rebajado la edad legal para trabajar a los niños hasta los 10 años, el único país del mundo que permite tal cosa. Los cinco eurodiputados de Podemos actuaron como un lobby para defender ante la UE este desafuero. Metido en gastos, el dueño del serrallo suscribió una ‘Declaración de la Paz’ con el flamante presidente boliviano, el argentino Alberto Fernández y cinco viejas glorias en situación b: Zapatero, Evo, Correa, Dilma y Tsipras.
Solo hay algo peor que las actuaciones de Iglesias: las justificaciones del sanchismo. La improbable ministra de Exteriores y la de Defensa coincidieron en un imposible lógico y político: que las actividades del vicepresidente segundo en un viaje oficial no comprometen al Gobierno, que es, como esta cuadrilla debería saber, un órgano colegiado.
El manifiesto citado era una versión internacional del que suscribieron hace 20 días también contra Vox entre fuerzas locales, en todos los sentidos de la palabra: PSOE, Podemos, EH Bildu, ERC, BNG, Cup, PNV, JxCat y Más País.
Los dos socios del Gobierno y sus cómplices no han parado de allanar la vía venezolana, con muchas prisas y ninguna pausa, atacando con brío y determinación la separación de poderes: congelación del legislativo durante seis meses, a la que se han sumado con entusiasmo el principal partido de la oposición y la amable inutilidad que preside la bella Inés. Está a la espera el Poder Judicial, tarea en la que colaborará pastueñamente el PP y naturalmente el cuarto poder. Los tipos más mentirosos e incompetentes de España se han empeñado en definir la verdad canónica de una democracia que ya no merece tal nombre. Y como guinda de este pastel golpista la erradicación del español como lengua de la enseñanza en España. Esto es lo que hay, están desmontando la Constitución artículo por artículo. Como diría Talleyrand “solo el que ha vivido antes de la Revolución sabe lo que es la alegr ía de vivir”.