Antiguo Testamento

El Mundo 29/11/12
ARCADI ESPADA

EL VOTO nacionalista no ha crecido en Cataluña, aunque el nuevo parlamento tendrá una amplia mayoría de diputados comprometidos en la celebración de un referéndum de autodeterminación. Esta mayoría y este compromiso supondrán una fatigosa fuente de inestabilidad, que el nacionalismo manejará en sus negociaciones con el Gobierno de Rajoy; pero es difícil que Artur Mas vuelva a Madrid con la intención de negociar algo más que una mejora de los recursos financieros de Cataluña.

Las especulaciones más razonables acerca de lo que podría ser el sentido del voto en un hipotético referéndum no son favorables al soberanismo, porque es probable que una buena parte del voto de Convergència i Unió se decantara por la continuidad. El presidente Mas dijo en su momento que no convocaría un referéndum para perderlo, que Cataluña tenía ya el cesto lleno de derrotas. Y lo cierto es que los resultados no ofrecen esa mayoría excepcional que él pidió y que quizá le habrían permitido desafiar la ley con mejor ánimo. A lo único que podría aspirar el presidente, dada la foto electoral obtenida, es a insistir peligrosamente en la fractura social que su desdichada política ya ha abierto en Cataluña, y a encontrarse al final del proceso con una casi segura frustración aritmética.

El separatismo queda en stand by.

Hay otra razón importante. Moisés. O, mejor, uno que imitaba a Charlton Heston. El cartel de campaña de CiU fue sencillamente pavoroso y sería de una cierta justicia poética que hubiese tenido influencia en el resultado. Pero el cartel respondía a una necesidad lógica. Un proceso secesionista basado en el desafío de la ley y en la invocación espiritista del pueblo (Volkgeist) necesita de un líder. No se puede abrir el Mar Rojo en cooperativa. Cuando en la noche electoral Mas subrayaba que el proceso no podrían continuarlo solos estaba señalando la consecuencia más hiriente y personal de los resultados electorales: el proyecto separatista se había quedado sin líder. Estas montañas han de tener mucha base, pero un solo pico, orgulloso, solitario y frío. No sé si Mas seguirá usando traje y corbata presidenciales. Pero el peplum, que siempre viene ancho a los hombres, no volverá a vestirlo.