Marcos Lamelas. Barcelona-El Confidencial
- El nuevo presidente de la Generalitat ha anunciado que una de las primeras cosas que hará es hablar con Pedro Sánchez por teléfono. También irá a ver a Puigdemont a Waterloo
La toma de posesión de Pere Aragonès fue anoche un acto henchido de retórica independentista. El grito de «visca Catalunya» al acabar, el canto del ‘Segadors‘, las escasas personas presentes en la plaza de Sant Jaume, el discurso del propio ‘president’. Pero todo vacuo. Aragonès no pronunció la palabra ‘independencia’ en su discurso. Eso sí, habló de “una Cataluña plenamente libre”. Y que “toda Cataluña avance hacia la plena libertad”. Para añadir luego: “Me comprometí a hacer inevitable la amnistía y la autodeterminación. Me comprometí y hoy empezaré a ejercer este compromiso”. Aragonès anuncia el principio de «una nueva etapa» en Cataluña, pero no se ve el final. Solo tal vez, como apunte lejano, “un progreso que todos y todas sabemos que ha de desembocar en una república: la república catalana”.
No es ningún secreto. Lo sabe Miquel Iceta, en el papel de ministro catalán, ese personaje clásico de la temporada teatral catalana que nunca puede faltar en un gran éxito político. Lo sabe Salvador Illa, que ya espetó a la cara al propio Aragonès cuando planteó sus anhelos políticos el pasado 20 de mayo, en el Parlament: “Ustedes hablan, en primer lugar, de materializar la república catalana. Hoy ha hablado de ‘culminar la independencia de Cataluña’. Eso no pasará, usted lo sabe. Lo sabe todo el mundo que esto no ocurrirá. Y, por tanto, matice este compromiso, porque usted sabe que eso no pasará”. Illa tiene razón. Lo saben esos ‘consellers’, presentes en el acto, y altos cargos que se repartirán el botín cuando el DOGC los nombre esta semana. Lo sabe Oriol Junqueras, que se quiso vestir de gala, pero parecía que lo había hecho para un funeral.
El propio Pere Aragonès se cuidó muy mucho en su discurso de toma de posesión de marcar ninguna fecha para el “embate democrático” contra el Estado, el nuevo mantra independentista para esta legislatura. La independencia tampoco se nombró en el discurso de Aragonès, solo el supuesto derecho de autodeterminación. Pero sin fechas ni plazos a la vista.
Aragonès hizo un discurso en positivo mirando hacia el futuro y centrado en la recuperación de Cataluña tras la pandemia y la crisis económica. Él mismo reconoció en su discurso “que el reto que nos proponemos es inmenso, mayúsculo”. Por tanto, dijo que se iba a dedicar a “desbrozar el camino”, advirtiendo de que “quien abre paso es el que más se ensucia”, por tanto, asumiendo el coste político que pueda tener esta dilación de los tiempos en este nuevo mandato.
Todo vuelve a comenzar
“Els vells salten les barreres
I tot torna a començar
I els nens seuen a les places
I nosaltres a aquell bar
I la gent que sempre corre
Avui para a saludar
I el meu cor segueix en ordre”
Fue parte de la canción escogida por Pere Aragonès para que la tocase el grupo de pop catalán Ginestà, en su toma de posesión. En una traducción libre sería: “Los yayos saltan las barreras/Y todo vuelve a empezar/Y niños sentados en las plazas/Y nosotros en aquel bar/Y la gente siempre corre/Hoy para saludar/Y mi corazón sigue en orden”. Si alguien quería un metáfora sobre el ‘procés’, no podría hacerlo mejor.
El nuevo presidente catalán ya ha advertido esta mañana en RAC-1 que se tomará su tiempo. Si la semana pasada iba a convocar de manera inmediata la mesa de diálogo, ahora ya advierte de que antes habrá que volver a reunir al Pacto Nacional por la Autodeterminación para fijar la posición de ERC, JxCAT y la CUP. Y también habrá una cumbre con Carles Puigdemont en Waterloo. Los pasos previos se acumulan. Eso sí, ha explicado que una de las primeras cosas que hará es hablar con Pedro Sánchez por teléfono. Por ahora, solo se han enviado mensajes de WhatsApp.
El ‘procés’ sigue
Pere Aragonès ni mencionó el 1 de octubre, tampoco se refirió a supuestas legitimidades lejanas. Sí que hizo un discurso muy progresista, centrado en las cosas que supuestamente, según el soberanismo, no interesan a los catalanes independentistas, como la cohesión social. El resto de la breve toma de posesión se diluyó en simbolismos y gestos a los colectivos que más han luchado contra la pandemia. El único mensaje claro es que el ‘procés’ sigue.