EL CORREO, 19/7/11
Considera probado que existió una ‘mesa B’ en la negociación con el PNV y la sitúa «al margen de los principios elementales de la ética política»
La Presidencia de Ezker Batua, encabezada por su coordinador general, Mikel Arana, se reunió ayer en la sede del partido en Bilbao con el objetivo de intentar depurar responsabilidades por la polémica de las negociaciones en la Diputación de Álava. Y lo hizo con creces. Once de sus miembros -aproximadamente la mitad, afines al anterior líder del partido, no acudieron a la cita- aprobaron ayer un dictamen en el que se recomienda tramitar la baja de Javier Madrazo como militante y aceptar la dimisión de Serafín Llamas de sus cargos como coordinador de la Presidencia y portavoz de la organización, así como conminarle a dejar el partido. De igual modo se insta a Nerea Gálvez y Mertxe Echezarreta a entregar sus actas de junteras de EB en Álava y a Kontxi Bilbao a renunciar a sus cargos internos. La Presidencia sólo tiene potestad para emitir recomendaciones.
Arana, que había asumido «en primera persona» la investigación del escándalo alavés, solicitó a los implicados que le remitieran por escrito su versión de los hechos. Según revelaron ayer, sólo David Lozano y Nerea Gálvez enviaron sendos documentos, mientras que Kontxi Bilbao suscribió la declaración del primero. Ni Madrazo ni Llamas respondieron al emplazamiento del líder del partido. Una vez analizados los hechos, la Presidencia da por probado que existieron las dos mesas de negociación, la programática y la denominada ‘B’, en la que se pidió dinero y puestos de trabajo al PNV a cambio del apoyo a la candidatura del jeltzale Xabier Agirre. El órgano ejecutivo atribuye dichas conversaciones a Madrazo y Llamas y exculpa al resto de implicados, al considerar que «conocían la negociación, pero no participaron en ella».
La Presidencia, que «desprecia» estas prácticas por estar «al margen de los principios más elementales de la ética política», asume que «el daño causado a Ezker Batua puede ser irreparable a corto plazo». En esta línea, «pide perdón a toda la ciudadanía de Araba en general y a los votantes de EB en particular por las actuaciones llevadas a cabo por personas en nombre de la organización, pero que no la representan», y que se han guiado por «intereses ajenos a los órganos y la militancia». La Ejecutiva hace una mención especial al papel de Madrazo y Llamas. Así, les reprocha que hayan «abusado de la posición y conocimiento público que deben a EB para intereses propios, ensuciando una trayectoria de veinte años».
Consejo Político
La Presidencia de ayer, la primera tras los comicios del 22 de mayo, se celebró, no obstante, a medio gas. Y es que el sector ‘madracista’ anunció horas antes de que diera inicio la reunión que no acudiría a la misma por considerarla una «caja de brujas». La corriente crítica con Arana basó su plante en el hecho de que, según denunciaron, el coordinador general «excluyera a varios de sus miembros». Se trata, explicaron, de tres personas que en el Consejo Político de Euskadi reunido el pasado 3 de junio designó como parte de la Presidencia. «Es una reunión de una fracción excluyente», censuraron.
Los seguidores de Madrazo ya habían restado legitimidad al órgano días atrás, al considerar que no debía ser Arana el que asumiera la investigación del escándalo alavés ni tampoco la Presidencia. «En base al artículo 66 de los estatutos del partido, ninguno de los dos pueden arrogarse la función de instructor sin ningún tipo de garantías», subrayaron. En este sentido, volvieron a acusar al actual líder de EB buscar una «persecución y una purga, fuera de la legalidad interna». Para contrarrestar la Presidencia, el sector crítico ha convocado para hoy un Consejo Político, al que no asistirá Arana, en cuyo orden del día no sólo están las negociaciones en la Diputación de Álava. También se pondrá sobre la mesa la solicitud de dimisión del coordinador general que presentó el pasado sábado un nutrido número de afiliados de EB, y la posibilidad de convocar otra asamblea general. Arana, que no reconoce dicho Consejo y ha descartado presentar su renuncia, ha puesto fecha para la celebración de una reunión de estas características. En concreto, el 12 de noviembre. De salir adelante la apuesta de los ‘madracistas’ por una asamblea diferente a la encabezada por el actual líder, estarían confirmando lo que es ya un secreto a voces: una escisión en toda regla.
EL CORREO, 19/7/11