Antonio Burgos-ABC
- Es como si nosotros exigiéramos que se aplicara la Constitución y se cumplieran las sentencias del Supremo en Cataluña
Por absurda que nos parezca una situación imaginada, no hay que desesperar: acaba siendo realidad en esta España donde los que se aferran al poder quieren que deje de serlo. Cuando se aprobó la Ley Celaá y borraron, aparte de la libertad de la educación concertada, la española como lengua oficial y vehicular en aquellas regiones donde existen otros idiomas cooficiales, dije en plan de broma: «Con tal de que no nos obliguen a que el catalán sea la lengua vehicular oficial en las escuelas de Jaén…». No ha ocurrido tal. Todavía, no seamos impacientes. Pero ha pasado algo por el estilo, en el hilo a la cometa de separatistas, filoetarras y podemitas que les larga Sánchez para que le
aprueben los presupuestos y, con ellos, le den vara alta para seguir haciendo de su capa un sayo aun sin Estado de Alarma y por encima de la separación de poderes, por lo menos tres años más. Y lo que te rondaré, morena. Me estoy refiriendo al imperialismo pancatalanista de Gabriel Rufián, que ha pedido que suban los impuestos en Madrid y en aquellas regiones gobernadas por el PP. No que bajen los impuestos en Gerona, no. Lo absurdo de Rufián es que quiere que suban en Madrid, donde ni pincha ni corta, y que en Andalucía se vuelva a imponer el de patrimonio. Del «España nos roba» han pasado al «Madrid nos roba». Pero mientras que contra España no pedían que subieran los impuestos, contra Madrid y autonomías del PP sí que se atreven.
Y me pregunto, en mis cortas luces y desde el claro rincón de la provincia: ¿quién es un independentista de ERC para decir dónde han de subir los impuestos? ¿Es ministro de Hacienda del Reino de España acaso? Hago mías las palabras de Juanma Moreno Bonilla, presidente de Andalucía: «Un señor independentista no va a obligarnos a subir los impuestos». Lo malo es que parece que hay bastante parte del Gobierno central que está bastante de acuerdo con Rufián. Y que bajo el señuelo de la «armonización fiscal» quieren acabar con Madrid como el «paraíso fiscal» de Ayuso, como lo han calificado. ¡Pero mira cómo de los paraísos fiscales que de hecho son los conciertos forales no dicen ni dirán nada, porque necesitan sus votos!
No sé si Rufián se ha metido donde no lo llaman o si le han dado un intencionado toque para que entre a por uvas. Pero todo es tan absurdo como si un señor constitucionalista de Andalucía o de Murcia pidiera que se impusiera la «armonía constitucional» a la Cataluña de ERC y de Rufián. Y que del mismo modo que ellos piden que suban los impuestos en Madrid, nosotros exigiéramos que se aplicara la Constitución y se cumplieran las sentencias del Supremo en Cataluña. Si Rufián pide que suban los impuestos en Madrid, armonización por armonización, fiscal por constitucional, yo reclamo que ondee la bandera de España en Cataluña, que el castellano sea la lengua vehicular en sus escuelas y que no indulten a ningún separatista.