Artur Mas reta a Rajoy con el concierto económico

Artur Mas se revolvió ayer contra los recurrentes avisos del PP de que la Generalitat puede pagar las nóminas de sus empleados sólo gracias al crédito del Estado. El presidente catalán retó a Mariano Rajoy a que deje que la comunidad recaude todos sus impuestos, como pasa por ejemplo en el País Vasco, y que de esta manera «se acabará el problema».

Es más: el president aseguró que, si eso pasara, podría ser Cataluña quien financiara al resto de España. «Entonces podríamos ser nosotros quienes tuviéramos que prestar dinero a algún otro», dijo Mas en respuesta a la popular Alicia Sánchez-Camacho, durante la sesión de control en el Parlament.

La jornada estuvo marcada por la corrupción sanitaria y por el caso Innova, que el martes provocó la detención, a manos de la Guardia Civil, de Teresa Gomis (CiU), primera teniente de alcalde de Reus.

Pero el rifirrafe entre Mas y Sánchez-Camacho permitió comprobar cuánto molestan al presidente de la Generalitat las alusiones a que el Gobierno, como dijo la líder del PP catalán, «ha ayudado a sacar a Cataluña de la ruina», a través de instrumentos como el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA).

«Estamos cansados de esta canción. No le presten ni un euro más a Cataluña y que los impuestos los recaude todos el Govern», propuso Mas, que, aunque después de las elecciones de 2012 puso sobre la mesa de Rajoy una propuesta de «pacto fiscal» que se aproximaba al modelo vasco, poco después abandonó esa senda –tras una primera negativa del Gobierno– y apostó directamente por la independencia.

En una sesión de control en la que llamó la atención la poca mordiente de Miquel Iceta (PSC) y Oriol Junqueras (ERC) –en contraste con las andanadas de Sánchez-Camacho o Albert Rivera (Ciudadanos)–, los principales líderes políticos catalanes también debatieron sobre la fecha de las elecciones autonómicas. El presidente catalán, que la semana pasada abrió la puerta a retrasar el 27 de septiembre, garantizó ayer que los comicios se celebrarán en esa fecha excepto en un supuesto: que Rajoy convoque las generales para el mismo día.

En ese caso, dijo Mas, «como mínimo merece la pena sentarse a la mesa y volver a hablar del escenario, que será nuevo». La líder de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Carme Forcadell –cada vez más claramente del lado de las tesis de CiU–, le dio la razón hace unos días, pero ERC rechaza cualquier mercadeo con la fecha de unos comicios a los que los nacionalistas quieren dar un cariz «plebiscitario». Iceta y Rivera afirmaron que no habría ningún problema en que las dos convocatorias electorales coincidieran.

Las dudas de Mas provocaron que el líder de Ciudadanos dijera que «le tiemblan las piernas» para seguir el calendario previsto. El president respondió: «No tengo miedo. Quizás usted tiene mucho interés en que coincidan [las autonómicas y las generales] porque se podría hablar de todo menos del tema catalán. O quizás tiene un dilema personal, no sabe a qué ser candidato: a una, a otra o a las dos. Y pretende que le resuelva el problema, porque aún no ha escogido».

Mas también defendió que el 27-S debe servir para celebrar el referéndum de autodeterminación que él mismo se comprometió a convocar el pasado 9 de noviembre, y que finalmente sustituyó por un «proceso participativo» con urnas y votos, pero organizado por voluntarios y sin validez legal. El presidente catalán –que aún no ha dicho si para seguir con su plan bastaría que los independentistas consiguieran la mayoría de los escaños del Parlament o sería también necesario que lograsen más de la mitad de los votos– cree que el cariz de los comicios lo decidirán los ciudadanos. «Si hay plebiscito en Cataluña no depende de usted, de Rajoy ni de mí, sino de cuánta gente vaya a votar y vote a favor del sí», le dijo a Sánchez-Camacho.

EL MUNDO – 30/04/15