LA TRIBUNA DEL PAÍS VASCO – 15/06/15
· La vergüenza, la indignidad o la ignominia, que así y de muchas formas más puede calificarse el hecho en cuestión, se narra con detalle en la web de la asociación Dolça Catalunya.
Y refleja a la perfección cómo funciona el totalitarismo lingüístico impuesto por nacionalistas e independentistas en demasiadas regiones de España.
Esto ocurrió hace unos días, según Dolça Catalunya, en un colegio de Reus.
“Un padre recibió una llamada para avisarle de una reunión en el colegio. Se trataba de explicar elfuncionamiento de algunas clases que reciben los niños organizadas por el AMPA (Asociación de Madres y Padres de Alumnos) del centro.
Él es argentino y además epiléptico, con un grado de discapacidad que llega al 65%, lo que le complica en gran medida la capacidad de concentración y seguimiento de muchas explicaciones.
Comenzó la reunión con los profesores dando su explicación enteramente en catalán: ja saben, lo important no és que tothom entengui com ajudar el seu fill, sinó imposar la llengua. El desconcertado padre se atrevió a decir que no podía entenderles y les pidió por favor que -dadas sus dificultades- hablasen en castellano.
¿Resultado? Los funcionarios no hicieron caso, siguieron como si tal cosa y, pasados unos minutos, el padre volvió a insistir. Remarcó que era primordial entender lo que se decía, dada la importancia que le daba a la educación de su hija. Pero los profesores se negaron en redondo.
Al final, el padre decidió marcharse. Cuando les dijo que se iba, los profesores contestaron en catalán: “feu el que volgueu” («hagan lo que quieran». Sabían que el padre no les estaba entendiendo.
El hombre no comprende lo que pasa en las escuelas de Cataluña y por qué no se actúa con un mínimo sentido común, utilizando las lenguas como herramientas de comunicación entre las personas y no como barreras que la dificultan.
Desgraciadamente, en Cataluña nos encontramos con demasiados casos como este. Algunos radicales metidos a profesores anteponen sus obsesiones lingüísticas nacionalistas a un mínimo trato ético –y humano- con las personas. Coses del nacionalisme”.
La pregunta es obligada: ¿Dónde está el Gobierno español?