Tonia Etxarri-El Correo
El escándalo del ‘Tito Berni’, el exdiputado socialista Fuentes Curbelo, traerá mucha munición de consecuencia electoral si los afectados no son capaces de reaccionar en la buena línea. A cien días de las elecciones autonómicas y locales, al presidente del Gobierno de La Moncloa se le ha abierto otro frente dentro del partido que puede acabar salpicándole si su formación sale mal parada en las urnas el próximo 28 de mayo.
Que la corrupción es transversal lo hemos dicho en infinidad de ocasiones desde este espacio. ‘Gürtel’, que afectó al PP; ‘caso De Miguel’, al PNV; los ERE en Andalucía a la Junta presidida por los socialistas… por citar los ya resueltos. Siempre ha habido aprovechados que se han querido beneficiar de sus contactos en el poder. Lo importante es la reacción de los partidos salpicados. El caso del PSOE es curioso. Encabeza los juicios populares cuando afecta al adversario (la corrupción es seña de la derecha, la izquierda es impoluta e insobornable, así como definición general) y se camufla cuando le toca de lleno (los ERE de Andalucía). La corrupción ajena da mucho juego. El PSOE la utilizó para presentar una moción de censura contra Rajoy –con una excusa cogida por los pelos tras la utilización de algunas frases del juez De Prada que la Audiencia Nacional consideró «innecesarias» en el ‘caso Gürtel’– y ahora se le atasca el pedal del acelerador para llegar hasta el final en el caso conocido como ‘Mediador’. Un escándalo de tráfico de influencias ejercido en un despacho del Congreso, con intercambio de mordidas, y posteriores juergas, en tiempos de pandemia, con consumo de coca y prostitución. Un cuadro. Presuntamente.
La reacción de Patxi López delata el nerviosismo de la familia socialista. En un intento de separar a la oveja negra del rebaño se adorna con frases solemnes sobre la tolerancia cero a la corrupción, recurriendo a los casos aislados que, sin embargo, jamás concedió al PP. Los campeones de la transparencia no pueden responder a la pregunta de si hay más diputados implicados en el ‘caso Mediador’ como lo hizo este portavoz: «¿Qué más te da?». Éste es un escándalo que va desplazando a los anteriores del Gobierno (con la ley que está beneficiando a los violadores, con los desencuentros entre Sánchez y sus socios antiOTAN por la ayuda a Ucrania) y que, o bien se acaba amontonando en el cubo de la desafección hacia los políticos en general o termina provocando una fuga de votos hacia opciones más útiles. Que es lo que está esperando Feijóo.
La excarcelación de violadores y el desvío del dinero público mezclado con drogas y prostitución se entiende en la calle mucho mejor que la prima de riesgo. Y provoca rechazo. Como el PSOE se enroque y no sea capaz de llegar hasta el final de la investigación (una palabra que no le gusta a Patxi López), este turbio asunto puede pasarle una factura impagable en las urnas. Bien lo saben los barones, que han empezado a pedir nombres de los diputados que mantenían contacto con «ese señor del que usted me habla». Por si acaso.