Carlos Viloria-El Correo

Nada más irritante que vivir en La Moncloa y la oposición gobernando Madrid

Un tuit del PSOE señalando al Gobierno de la Comunidad de Madrid como «ejemplo de gestión ineficaz e irresponsable ante la crisis» permite deducir que a Pedro Sánchez quien le quita el sueño no es Pablo Iglesias, sino Isabel Díaz Ayuso. Ya se sabe que no hay nada más irritante que vivir en La Moncloa y tener a la oposición gobernando Madrid. En el gran escaparate que es la capital de la nación; en la locomotora económica y altavoz de todos los gremios. La política de comunicación de Sánchez se resiente de que la sede de las grandes instituciones esté en manos de Ayuso y Almeida. La presencia a cuentagotas de Sánchez en puntos nucleares de la capital de España durante lo más duro de la pandemia no hace más que confirmar que la foto con los dos políticos populares no es precisamente de su gusto.

Sánchez ha permanecido prácticamente blindado en Moncloa. No ha aparecido por Ifema, el emblema de la lucha de la sociedad, de militares, sanitarios, ingenieros, electricistas, unidos en un objetivo común. Es muy llamativo ese mutis del presidente en la zona cero del virus, sobre todo teniendo en cuenta el extraordinario valor que su equipo de imagen, con Iván Redondo a la cabeza, concede a estos impactos comunicativos en la opinión pública. Es posible que los sinuosos asesores temiesen que la presencia de Sánchez no haría más que redoblar el valor de la iniciativa del hospital de campaña del Gobierno de Madrid con su presidenta al frente. Pero el vacío comunicacional que desde Moncloa se ha practicado con Gobierno y Ayuntamiento de Madrid ha tenido el contrapunto de una campaña negativa para la presidenta popular en las redes desde colectivos afines al Gobierno de coalición. Descalificativos como «peste neoliberal», «thatcherista» o «culpable del drama que se vive en Madrid» han inundado Twitter.

El desbarajuste en la decisión de saltar a la fase 1 del confinamiento entre PP y Ciudadanos ha sido el trompetazo de salida en una carrera contra Ayuso que confirma el temor del PSOE a que de la catástrofe surja una ‘lideresa’ que ponga más en evidencia el desgaste de la imagen de Sánchez marcado por la imprevisión y la improvisación. La tensión surgida entre Ayuso y su socio de Ciudadanos se ha acogido en el conjunto de la izquierda madrileña como una ventana de oportunidad para imaginar una reedición de la operación que echó a Rajoy del poder. En la galaxia de fuerzas de izquierda, anticapitalistas, socialistas, de Madrid que aún no han asimilado el efímero final de Manuela Carmena y el pinchazo de Gabilondo, la consigna es preparar el terreno para después del confinamiento. El santo y seña es «echar a Ayuso y reconstruir Madrid». Quieren que Ayuso pague el pato del desastre.