ABC – 01/07/17
· Para el expresidente, el secesionismo es «la prueba más seria» del sistema constitucional.
El expresidente del Gobierno José María Aznar instó ayer al Gobierno a tomar medidas urgentes contra el referéndum ilegal catalán fijado para el próximo uno de octubre. En ese sentido, se refirió al desafío independentista en Cataluña como «la prueba más seria a la que se va a someter nuestro sistema constitucional». «Si el independentismo crea una situación irreductible –y en eso está–, los medios legítimos de la Constitución y del Estado de derecho no serán una opción, sino el deber de las instituciones democráticas de mantener la legalidad», aseguró.
· La legalidad, un deber «Si el independentismo crea una situación irreductible, los medios del Estado no son una opción, sino un deber»
· El viejo dúo «Los nacionalismos y el populismo son el viejo dúo que han protagonizado lo más trágico de la historia»
· Estados Unidos de Europa «No creo en los Estados Unidos de Europa. No es un sujeto nacional. No tiene que ser una federación»
Además de las medidas legales al alcance del Gobierno, el presidente de FAES señaló el imperativo de «hacer política» como recurso fundamental frente a la problemática catalana. «Hacer buena política en Cataluña significa sentar bases de entendimiento y sumar voluntades para articular una alternativa amplia al nacionalismo que refleje la pluralidad de la sociedad catalana, que saque a Cataluña de la trampa a la que el nacionalismo le ha arrastrado. Hacer política ahora es sentar las bases de esa alternativa y decirlo claramente», explicó. Su idea quedó sintetizada con una metáfora: «Quien da una patada al tablero no puede pretender que siga el juego», aseveró durante el acto de clausura del curso FAES «Pensar el futuro de Europa», celebrado esta semana en El Escorial, en el marco del programa de la Universidad Complutense.
Un Parlamento roto
«Podemos buscar paréntesis tácticos o procurar un cambio estratégico, pero hacer política en Cataluña es ganar votos y fortalecer una sociedad civil que no quiere que el independentismo usurpe su sentimiento de identidad, que se niega a tener que decidir y convertir a sus conciudadanos en extranjeros», expuso Aznar durante el acto.
El que ahora pretende articular Carles Puigdemont en la Comunidad que preside es solo una pieza más de todas las que conforman lo que los nacionalismos, que, junto al populismo, conformarían el «viejo dúo conocido de Europa que ha protagonizado lo peor y más trágico de la historia», según Aznar. «No son fuerzas de cambio sino de regresión institucional, económica y cívica que se basan en la división, en la destrucción del marco de convivencia compartido y de las reglas del juego democrático que lo sustentan», desarrolló.
Aunque no utilizó nombres ni siglas concretas, el presidente de FAES lanzó una llamada de atención a los responsables políticos actuales. «Con un Parlamento fragmentado como nunca antes, debe preocuparnos el abandono de las reformas que siguen siendo necesarias», dijo Aznar, al tiempo que admitía la buena situación económica en términos de creación de empleo y de crecimiento que actualmente se respira en España. «No cabe atribuir responsabilidad exclusiva al Gobierno», aseguró, pues «la fragmentación parlamentaria impone a todos los partidos razonables una responsabilidad hacia los ciudadanos que les exige cooperar, acordar y estar a la altura de las circunstancias». En este sentido, entiende que serán imprescindibles fórmulas de cooperación «más estrechas y más comprometidas que los acuerdos de investidura o los pactos más o menos episódicos» porque «la tarea política de un futuro ya inmediato debe ser reunir fuerzas en torno a agendas muy ambiciosas».
El futuro de Europa
El expresidente el Gobierno también se refirió al futuro de Europa. Se calificó a sí mismo como un «europeísta convencido» que no cree «en los Estados Unidos de Europa». «Europa no es un sujeto nacional. No es necesario que sea una federación para que haga lo que tiene que hacer», comentó Aznar, que considera que la prioridad de la Unión Europea debe encaminarse hacia ofrecer «una agenda positiva que no solo consista en defender, estabilizar o resistir». «
Eso es importante pero no es suficiente para recuperar la confianza de los ciudadanos en el proyecto europeo», afirmó. Otro de los conceptos a los que se refirió fue el de la descentralización de las decisiones que definen Europa. A su juicio, los Estados «no pueden delegar sus responsabilidades en Bruselas», mientras que «reducir la Unión a un mercado integrado tampoco es posible, ni deseable».
ABC – 01/07/17