Aznar rompe con Rajoy, desencantado con su política

EL MUNDO 21/12/16

· Aznar reniega de Rajoy y será sólo un militante del PP
· Deja la presidencia de honor del partido ante la sorpresa de la dirección, que no esperaba su renuncia
 
 
 

José María Aznar abandona el PP de Mariano Rajoy. No se va del partido, pero casi. El ex presidente del Gobierno renuncia al cargo de presidente de honor. El hombre que condujo al centro derecha por primera vez a La Moncloa, que levantó el PP y lo hizo el gran partido que es ahora, será sólo un militante. Una historia más, como tantas de los últimos años, que parecía que nunca se escribiría. El día llegó. Aznar dice adiós de manera discreta pero calculada.

En la jornada en la que el PP presentaba su ponencia Política y de Estatutos, la que debe fijar los mimbres del partido del futuro, el ex presidente anunció que se hace a un lado. Deja el cargo que le corresponde por derecho, tras años de desencuentros con Mariano Rajoy. Primero consiguió independizar a su fundación –Faes– del partido y ahora se independiza él.

Aznar llamó ayer por la mañana a Rajoy para comunicarle su marcha. La conversación se limitó a reproducir los términos de la carta que el ex presidente ha enviado a Rajoy con su renuncia. Una misiva que hizo pública ayer a través de su página web personal.

En ella justifica su decisión en «la nueva situación de la Fundación Faes», creada por Aznar en 1989 y que hasta el pasado 3 de octubre ha estado vinculada al PP. En esa fecha, Faes y el partido, con el ex presidente y la secretaria general, María Dolores de Cospedal, como testigos firmaron el divorcio entre la fundación y la organización. Faes ya no tiene ninguna relación con el PP. Y precisamente su «independencia» es lo que «aconseja», según Aznar, que él también se desvincule del PP. «Ningún patrono de Faes ocupa cargo alguno, ni tan siquiera honorífico, en ninguna formación política. Como presidente de Faes no deseo ser una excepción», señala.

En su carta el ex presidente anuncia también lo obvio: que no participará en el congreso que el PP celebra en febrero. «Será la primera vez que no lo haga», reconoce. «No tengo palabras para expresar mi gratitud, reconocimiento y afecto a los militantes del PP por su dedicación, esfuerzo y servicio a España y, particularmente, por su generosidad y lealtad hacia mí durante tantos años. Me siento muy orgulloso de ser uno más entre ellos», asegura.

No es difícil imaginar la perplejidad de Rajoy, escuchándole desde Nueva York, ante estas palabras, pese a que le deseó «los mejores aciertos» en su tarea «en estos momentos tan importantes y difíciles».

Fuentes de la dirección del partido confirman que nadie esperaba la marcha del ex presidente. Que les ha pillado absolutamente por sorpresa. Y, pese al continuo enfrentamiento que el equipo de Rajoy ha mantenido con Aznar, en Génova no se respiraba ayer una sensación de alivio. Creen que su salida no hace daño porque el ex presidente estaba ya muy «alejado», pero temen las consecuencias que a partir de ahora tenga su emancipación.

En la dirección popular piensan que Faes se va a convertir en un elemento de permanente conflicto, entregada a fiscalizar la gestión del PP y el cumplimiento de su proyecto político. No les falta parte de razón. En declaraciones a este diario, publicadas el lunes, fuentes de Faes advertían de que su función ahora es impulsar la reflexión en el ámbito del centro derecha y apuntaban que «estamos y vamos a seguir estando en el debate público». «Ya no somos la nodriza ideológica del PP», indicaban desde la Fundación, tras explicar que nunca han discrepado de nada que fuera en el programa electoral, sobre todo porque el 80% del que se presentó en 2011 lo habían hecho ellos.

Eso se acabó. Faes, bajo la dirección de un Aznar libre, piensa campar a sus anchas y alentar el debate político, independientemente de lo que le guste o le interese al PP.

El ex presidente no se siente en deuda. Se va pensando que ha sido objeto de una persecución por parte de su partido y del Gobierno. Cuesta explicar por qué se marcha ahora y no lo ha hecho antes. En el entretanto de estos años se ha producido un largo proceso de deterioro. Primero de la relación política entre Aznar y Rajoy. Después de su amistad personal para acabar convirtiéndoles en dos extraños, casi enemigos, incapaces de reconocer los méritos del otro y, por supuesto, de trabajar juntos. La aspereza entre ambos ha sido asumida por sus entornos.

Fuentes de Faes y del PP confirman que Aznar está convencido de que el Gobierno ha utilizado su poder contra él. Como sucede con el ex ministro de Industria José Manuel Soria, culpa a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría de la filtración de datos en su contra. En el caso de Aznar, la revisión de su declaración del IRPF por parte de Hacienda y la consiguiente multa. Ninguno de los dos aporta datos que sostengan la acusación, pero ambos están igual de seguros, según confirman distintas fuentes.

De hecho, el ex presidente ha estado sólo una vez a punto de abandonar el PP y ha sido precisamente por considerar que su partido no lo defendía. Este periódico contó en marzo el monumental enfado de Aznar al conocer que el PP había tramitado en el Congreso una iniciativa de IU que pedía su reprobación por su intermediación entre empresas españolas y el Gobierno libio de Gadafi. Llamó a Rajoy y amenazó con desvincularse del PP si era debatida. Los populares rectificaron y, con el apoyo del PSOE, se suprimió del orden del día.

Nueve meses después, el adiós es definitivo. Su última victoria, según fuentes populares, es haber logrado quedarse con Faes. Fuentes del PP no entienden cómo la dirección se lo ha permitido porque Faes es una marca consolidada, ligada de manera indeleble al PP. De hecho, ahora Génova se ve obligada a poner en marcha una fundación propia, que pueda hacer frente a la de Aznar, aunque la tarea se deja para después del congreso.

El PP podrá sustituir a Faes pero va a ser más difícil reemplazar a Aznar. Pese a la dureza de sus palabras –en el recuerdo está aún su discurso de 2015 («¿dónde está el PP?», «¿quiere ganar las elecciones?»)– mantenía el cariño de la militancia. Fuentes del PP aseguran que sólo volverá a la arena política si la sucesora es Sáenz de Santamaría.