EL MUNDO – 03/06/16
· El ex presidente pide «los sacrificios personales que sean necesarios» para enderezar el futuro de España.
España tiene problemas y José María Aznar tiene la solución. El ex presidente del Gobierno defendió ayer que el país está al borde de un «descarrilamiento histórico» por el avance de Podemos y que para evitarlo es necesario recuperar el consenso de los partidos de ideario «democrático». Hacer cuanto se necesite. Incluso «sacrificios personales», como podría ser la retirada de Mariano Rajoy para que se pueda formar Gobierno.
Fuentes populares confirman que, además de todas las discrepancias políticas y personales, Aznar opina que el talante de Rajoy no es el adecuado para el momento crucial que vive España. No es ningún secreto que pensaba que no debía repetir como candidato. Ahora, además cree que no podrá gobernar en minoría ni cimentar un acuerdo en torno a él.
Nada de esto lo dijo ayer, pero volvió a hablar con la claridad suficiente para hacerse entender. «Alertar y alentar», dijo, «son las únicas actividades públicas a las que me dedico». «No es necesario que les diga que yo mantengo algunas opiniones políticas propias», precisó en su discurso de clausura del Máster en Gobierno, Liderazgo y Gestión Pública del Instituto Atlántico de Gobierno, la entidad académica privada que preside.
Y su advertencia fue ayer el futuro de España. «El interés de mi país –señaló– es el único interés político final con el que me siento comprometido». El ex presidente cree que la «continuidad histórica» del proyecto de «convivencia y progreso» que supuso la Transición está «seriamente comprometida» por la irrupción de Podemos. Su intervención estuvo plagada de referencias indirectas a ellos.
Pero, en su opinión, el modo de combatirlo no es el que ha elegido Rajoy. «No hay trabajo más importante que hacer a favor de España que recuperar la voluntad de concordia». Esto, sostuvo, significa «abandonar de inmediato» cualquier tentación de «polarizar», «excluir», «radicalizar» o «dividir a unos españoles con otros». «Esa competición –reparó– siempre la ganan los mismos, que son siempre los peores».
Esta valoración supone enmendar la campaña de polarización con Podemos diseñada por el PP para el 26-J. Un enfoque que ya se probó en el laboratorio del 20-D y con el que el ex presidente nunca ha estado de acuerdo. Ya lo expresó en enero de 2015, meses antes de las elecciones autonómicas y municipales que supusieron el acceso de Podemos a las instituciones. En su recordado discurso de «¿dónde está el PP?» y «¿quiere el PP ganar las elecciones?» ya discrepó de esta estrategia. «No se trata de apelar al miedo, sino a la ambición de hacer un país mejor».
Ayer Aznar recuperó esta idea, pero con una importante variante. El PP ya no puede hacerlo solo. Necesita al resto de partidos que comparten «parecida militancia democrática». De hecho, presumió de que por el Instituto Atlántico han pasado personas de las que, tras el 26-J, «dependerá» la continuidad del proyecto de España.
Su apuesta ahora es «acercar», «consensuar» y «acordar entre españoles» en el marco de nuestra «Monarquía parlamentaria». Para conseguirlo, añadió, «todos tenemos la obligación de contribuir con los sacrificios personales que sean necesarios en cada momento», en referencia a Rajoy. A que no sea impedimento para forjar un acuerdo que evite el ascenso de Podemos.
EL MUNDO – 03/06/16