EL MUNDO – 25/07/15
· Zaragoza rebautiza el pabellón Príncipe Felipe y Montcada retira una fotografía del Rey.
La retirada del busto de Juan Carlos I del Ayuntamiento de Barcelona desembocó en un ataque coordinado a la monarquía en localidades gobernadas por candidaturas populares participadas por Podemos. Mientras la decisión unilateral de Ada Colau fracturaba el pleno de la capital catalana, Zaragoza renombraba el pabellón Príncipe Felipe y la barcelonesa población de Montcada i Reixac eliminaba la fotografía del Rey del Consistorio.
Rápidamente se constató que la determinación de Colau no iba a resultar inocua. Corrían las diez de la mañana, cuando el líder del PP en Barcelona, Alberto Fernández, irrumpió en el salón de sesiones del Ayuntamiento para colocar una imagen de Felipe VI en el lugar que hasta el jueves, y durante más de tres décadas, había ocupado el busto de su padre. El propio dirigente popular retiró la fotografía del Rey tras su simbólica acción y la posó junto a la tribuna presidencial que minutos después ocupó Colau. Antes de que la alcaldesa hiciera acto de presencia, su número dos, Gerardo Pisarello, ordenó a un ujier que desalojara al Rey como un día antes había hecho con Juan Carlos I.
Incapaz de pasar por alto un acto de protesta tan mediático, Colau se vio obligada a defender por boca propia la retirada del busto del Monarca. Volvió a escudarse la alcaldesa de Barcelona en las «profundas convicciones republicanas» de su Gobierno y en que no existía «justificación legal» para mantener la efigie de Don Juan Carlos un año después de su abdicación.
Para entonces, un pleno sobre pobreza y turismo –dos de los temas capitales en la agenda de Colau– había quedado del todo enterrado por el debate monárquico. La división y la bronca tomó el protagonismo.
Del lado de la alcaldesa se situaron ERC y la CUP
Las formaciones independentistas aplaudieron a Colau por haber «limpiado de borbones» el salón consistorial y le animaron a hacer lo propio en el resto del Ayuntamiento y las calles de la ciuda. El concejal de los secesionistas radicales, Josep Garganté, llegó a citar a Arnaldo Otegi para celebrar «la retirada del busto del viejo jefe de los torturadores».
En el otro bando, el popular Alberto Fernández advirtió a Colau de que estaba «incumpliendo la ley» al empezar el pleno sin una imagen del Rey; la líder de Ciutadans, Carina Mejías, aclaró a la alcaldesa que el Ayuntamiento no es su casa ni la sede de su partido; el socialista Jaume Collboni se declaró «consternado» por la «falta de respeto expresada hacia el conjunto de los ciudadanos de Barcelona»; y el ex alcalde nacionalista Xavier Trias recordó a Colau que sobre su cabeza estaba presidiendo la sesión un cuadro de María Cristina y Alfonso XIII. Obra que la alcaldesa se comprometió a no retirar «sin consultarlo».
Horas antes, la población colindante de la capital catalana, Montcada i Reixac, aprobaba una propuesta de la CUP que instaba a «retirar la imagen del Rey de España de todos los espacios municipales como un gesto de normalidad, madurez e higiene democrática». El Gobierno local –formado por ICV-EUiA, ERC y la candidatura de Podemos denominada Círculo de Montcada– y CiU secundaron la propuesta. «Si viene la delegada del Gobierno y ordenan colgarla, ya veremos cuál pensamos que es un lugar preferente», apostilló el edil de la CUP, Gonzalo García, pese a no formar parte del Ejecutivo.
La situación en Zaragoza es, si cabe, más rocambolesca
Ayer, el Gobierno de la capital aprobó renombrar el pabellón Príncipe Felipe para bautizarlo como José Luis Abós, el fallecido entrenador de baloncesto de la ciudad. Sin embargo, el lunes, el PP, el PSOE y Ciudadanos apoyarán en el pleno una misma moción que instará a volver a cambiar el nombre del polideportivo para que vuelva a servir de homenaje a Felipe VI, informa Luis Ángel Sanz.
El portavoz del PSOE en Zaragoza, Carlos Pérez, calificó la decisión de «alcaldada», mientras el líder de Podemos en Aragón, Pablo Echenique, ejerció de portavoz de su partido para apoyar a Colau. «No podemos decir a Barcelona cómo decorar sus plenos», dijo, equiparando el busto del Rey con un mero elemento ornamental, informa Álvaro Carvajal.
EL MUNDO – 25/07/15