El alcalde de Bildu de San Sebastián, Juan Carlos Izagirre, retiró el viernes pasado el retrato del Rey con la excusa de que «no representa a la ciudad». Sin embargo, en la cercana localidad de Oyarzun, el consistorio no ha ordenado quitar el cartel con las fotografías de cuatro etarras de una de las columnas del edificio municipal.
Y ello, a pesar de que el Tribunal Supremo ha advertido que esta exhibición supone, «sin lugar a dudas», un delito de enaltecimiento del terrorismo.
Esta escena no es exclusiva de Oyarzun, pues se repite en numerosos puntos de la localidad guipuzcoana. Se trata de un ejemplo claro de cómo los ayuntamientos de Bildu no hacen ascos a la exaltación de los terroristas ni de sus consignas.
En el también guipuzcoano municipio de Ibarra, sobre el balcón del Ayuntamiento conviven la pancarta colocada por la anterior alcaldesa del PNV en contra de la organización terrorista con otra en la que se pide el traslado de los presos al País Vasco, junto con un mapa de lo que denominan «Euskalherria».Ya se han retirado las dos fotos de la etarra Maite Aranalde que tapaban la petición de desaparición de la banda terrorista ETA. El cauce del río Aramaio, que atraviesa la localidad guipuzcoana, se encuentra igualmente salpicado de murales e inscripciones en apoyo a los presos etarras.
También en Navarra
Navarra tampoco se libra de homenajes a terroristas. El más significativo sea el mural que se puede ver a la entrada de Etxarri Aranaz, donde están representados tres miembros de ETA fallecidos que nacieron en esta localidad: Josu Zabala «Basajaun», Pello Mariñelarena y Juan Ignacio Erdocia «Axio». A sus imágenes les acompaña un texto en euskera que dice: «Todos tenemos que dar un poco para que unos pocos no den todo».
Este mismo texto, junto con el anagrama de ETA, se puede leer en la cercana localidad de Arbizu. En este caso, el Ayuntamiento no está gobernado por Bildu, aunque hasta el pasado 22 de mayo el alcalde perteneciera a ANV. En las pasadas elecciones, la lista de Bildu que se iba a presentar se retiró por la propia coalición ante la convicción de que iba a ser prohibida, ya que tenía «contaminados» a la mayor parte de sus integrantes.
Al igual que sucede con el callejero etarra, los habitantes de estas localidades se han «acostumbrado» a convivir diariamente con estos murales o carteles a favor de los etarras. Son símbolos que en muchos casos parecen pasar desapercibidos, como el que anuncia un concierto o las fiestas locales. También las «herriko tabernas» o los gaztetxes (lugares de reunión de los jóvenes), a menudo muy cercanos a los edificios consistoriales, aparecen repletos de cartelería independentista y proetarra.
En tres de las cuatro localidades citadas ETA ha matado a algunos de sus vecinos. En Etxarri Aranaz fue asesinado el ex alcalde Jesús Ulayar. En Ibarra, tres terroristas mataron al Guardia Civil Aurelio Prieto. Y en Oyarzun las víctimas fueron el alcalde Antonio Echevarría, los taxistas José Martín Merquilanz e Ignacio Arocena, y los guardias civiles Rufino Muñoz, Luis Miranda, José Fragoso, José Manuel Fernández Lozano y Juan Manuel Martínez. También fue asesinado aquí el policía municipal Manuel Perorue. Pero llama la atención que no hay ningún detalle que les recuerde. A diferencia de sus verdugos, permanecen en el silencio colectivo.
ABC, 26/6/2011