EL MUNDO, 26/2/12
Convencido de que la democracia ha doblegado a la banda, apela a vencer el fanatismo soberanista desde la política
Antonio Basagoiti, confidente de Mariano Rajoy en el País Vasco, defiende el acuerdo firmado esta semana por la mayoría de los grupos del Congreso para forzar a ETA a su disolución incondicional. Mantiene que instar la ilegalización de Amaiur es irresponsable ya que no prosperaría y alimentaría el «victimismo» de Batasuna.
—El PP se comprometió a promover una demanda de ilegalización contra Bildu y Amaiur si llegaba al Gobierno. ¿Han renunciado a ello?
—No, pero se trata de cuando se pueda. Hay informes, incluso de la Abogacía del Estado, que dicen que no tiene ninguna posibilidad de salir adelante. Nosotros tenemos más ganas que nadie a esos de Batasuna, pero también tenemos obligación de respetar a las entidades judiciales y de ser eficaces. Ahora que la Policía, la Justicia y las víctimas han ganado a ETA, no podemos dar un paso en falso sabiendo que es ineficaz y les engorda a ellos. Una cosa es lo que te pide el cuerpo y otra es lo que se puede hacer.
—Habla de ganas, pero es Rosa Díez la única del Congreso que defiende hoy la ilegalización de Amaiur.
—Ella sabe que eso no tiene posibilidades de prosperar. Su objetivo es desgastar al PP desde el populismo. A mí no me importa lo que haga, está en su derecho. Lo que no le consiento es que insulte y diga cobarde al ministro. Porque cuando ella era consejera aquí con el PNV, se negó a dar protección a los cargos del PP vasco mientras ella llevaba cuatro escoltas.
—¿Teme que UPyD le coma terreno a su partido con esta cuestión?
—Los movimientos populistas se acaban conociendo. Mi objetivo es derrotar al terrorismo, que podamos vivir en libertad, que tengamos una España próspera.
—Su compañero Jaime Mayor Oreja cree que no es la democracia la que está ganando, sino ETA. ¿Quién se equivoca de diagnóstico en el PP?
—El diagnóstico es el mismo. El PP dice que estamos ganando la batalla a los comandos, que su anuncio del cese de los atentados es una victoria de la democracia. Pero como Mayor, sabemos que la derrota total no se producirá hasta que esa disolución se dé claramente sin premio político. Ahora viene la ofensiva soberanista. La diferencia es que yo creo que hay que afrontar ahora ese riesgo y ganarlo. Hemos derrotado las pistolas, vamos a ganar la parte de las ideas a los totalitarios.
—Entonces, ¿se les combate mejor ahora desde las instituciones?
—No, pero es que eso no lo elegimos nosotros. Por desgracia, lo eligió el Tribunal Constitucional. El PP lo que no está dispuesto es a quedarse en la grada gritando. Queremos bajar al campo de juego y ganar el partido. Aunque tengamos una pierna menos o nos hayan querido quitar del campo hace mucho tiempo. El PP va a jugar el partido con la ley y el Estado de Derecho, la verdad, la memoria de las víctimas y un relato eficaz. Y ahí le digo que si no han podido con nosotros con las pistolas, tampoco van a poder con sus planes soberanistas.
—¿La renovación del TC puede reabrir la puerta a la ilegalización?
—Es crucial que esa espada de Damocles esté siempre ahí. Que ETA y su mundo sepan que, o reconocen el daño y asumen los marcos de convivencia, o se quedan al margen.
—El pacto en el Congreso con PSOE, PNV y CiU, ¿qué aporta al Gobierno?
—Cuantos más seamos exigiendo a ETA su disolución incondicional, antes tendrá que ocuparse. La unidad con el PNV es muy importante para la disolución, y la unidad con el PSOE es fundamental para abordar un final digno y que fortalezca el Estado de Derecho y la Constitución.
—¿Por qué habló el ministro de «dimensión política» de ETA? ¿Es o no una concesión al menos dialéctica?
—No fue premeditado. Entiendo perfectamente lo que el ministro quiso decir: que ETA quiere ganar lo que no ha podido con las bombas. ETA no son solo delincuentes, también son fanáticos con pretensiones políticas.
—¿Le preocupa que ciertos sectores dentro de su partido mantengan viva la sospecha de la negociación?
—Mire, no pongo la mano en el fuego por lo que hizo o no el PSOE. Pero sí la pongo por Mariano Rajoy y el PP. Las líneas las marca este Gobierno, que cuenta además con mayoría absoluta. Y son claras: aquí no hay precio político, se reconoce el daño causado y se prestigian a las víctimas.
—Con todo, ¿siente perder la confianza de las víctimas del terrorismo?
—Entiendo que les pueda parecer en un momento dado que una postura es más firme que otra, pero el PP sabe adónde va. Estamos haciendo lo que tenemos que hacer, sin cosas raras, lo más eficaz para lograr la disolución incondicional de ETA y derrotarles en su pretensión de cosechar lo que han tratado de sembrar con bombas. Hoy lo que está encima de la mesa, más que el comando, es la comanda del totalitarismo. Su objetivo de llegar a su independencia y socialismo. Y no lo permitiremos.
—Esta semana fue el primer cara a cara de Rajoy con Amaiur. ¿Están hablando en el Parlamento?
—Lo hemos dicho claro: si ETA no desaparece, reconoce el daño causado y asume los marcos de convivencia, no habrá una relación normal.
—El lendakari anuncia novedades en cuanto a «pacificación» en Euskadi.
—Solo quiere sacar un poco la cabeza en ese terreno. Tiene derecho.
—¿Agotará el Gobierno del PSE su mandato con su apoyo?
—En principio, debería agotarse.
—¿En principio?
—Es verdad que no nos lo pone fácil, pero el PP vasco es responsable.
—¿Su reclamación a Rajoy de acercar a los presos se lo pone más difícil?
—El lendakari sabe que no es su competencia y que, mientras el PP gobierne en España, no hay riego de que se haga nada raro con los presos.
—Usted defiende devolver el derecho de voto a los que ETA expulsó de aquí, pero el PSE no lo ve claro.
—No es cuestión del PSE, sino de Rubalcaba. Tendrá que demostrar si tiene sentido de Estado, si es consciente del exterminio que buscaba ETA.
—¿Interior reducirá los efectivos de las Fuerzas de Seguridad del Estado del País Vasco?
—No está en las prioridades del Ministerio. Aquí, si sobra alguien, son las pistolas de ETA, no las de la Guardia Civil. Nunca les agradeceremos lo suficiente todo lo que han hecho.
—¿Espera algo de lo que hoy diga Batasuna sobre las víctimas de ETA?
—Sabemos que su estrategia es ponerse la careta de buenos e intentar conseguir lo que querían atentando, pero sin bombas. Dirán que reconocen todos los daños, que no estuvo bien del todo, pero que se hizo como reacción. No lo aceptamos.
EL MUNDO, 26/2/12