ABC, 17/10/11
El compromiso de los proetarras incluía un comunicado que anunciara «la desactivación de la estructura militar», a cambio de Sortu y presos
La «izquierda abertzale» transmitió a los mediadores internacionales el «compromiso» de ETA de anunciar, durante o inmediatamente después de la «Conferencia Internacional», su «disposición» a «desmantelar sus estructuras militares» si —y aquí está la «trampa»— el Gobierno se muestra dispuesto a legalizar Sortu y aplicar beneficios para los presos, como antesala de una negociación política. Este «compromiso», según advierten los expertos, fue lo que animó a personalidades como Kofi Annan a decidir su presencia hoy en San Sebastián.
Fuentes consultadas por ABC subrayan que la mayoría de los «mediadores» rechazaron finalmente la posibilidad de que la banda criminal se hubiera hecho presente durante la «Conferencia de Paz» a través de un mensaje, ya que ello hubiera convertido la reunión en el «clásico mitin» de Batasuna arruinando, por tanto, la pretendida neutralidad que se le intenta otorgar. Varios de los participantes, en cambio, sí apostaron por esa «intervención» de ETA en la foto, pues hubiera reforzado el papel de la «Conferencia» y el de los verificadores internacionales.
Mensaje trampa
Expertos antiterroristas afirman que en el comunicado ya pactado ETA mostrará su «disposición» a proceder al «desmantelamiento de su estructura militar». Los «líderes» internacionales y Batasuna venderían este anuncio como otro «paso importante de la Organización armada hacia la paz definitiva». Pero, advierten los expertos, lleva trampa, ya que a renglón seguido emplazaría al Gobierno a atender toda su batería de reivindicaciones: legalización de Sortu y de cuantas plataformas puedan surgir de la «izquierda abertzale», así como la apertura de un «proceso democrático» —negociación política—, que debería traer consigo la excarcelación de los presos etarras y la autodeterminación del País Vasco con una Navarra anexionada.
Según las fuentes consultadas, en sus conclusiones el grupo de «expertos» reclamará a ETA que abandone definitivamente las armas, mientras que solicitará al Ejecutivo que mueva ficha —legalización de Sortu y medidas favorables para los presos— en sintonía con «los pasos hacia la paz» que ya ha dado ETA. Todo ello como antesala de una negociación para la que revalidarán su ofrecimiento como «mediadores» con el aval de la comunidad internacional.
Los mismos medios advierten de que la «hoja de ruta» elegida por estos «expertos» es la reedición de la «Oferta de Anoeta» y la ratificación de la llamada «Declaración de Bruselas», pero introduciendo un sistema de garantías para que la banda no reviente el hipotético proceso de negociación, como hizo con la salvajada de la T-4. Por ejemplo, aplicando la «doctrina Mitchell», utilizada en el caso de Irlanda, que descarta cualquier tipo de presión, amenaza o recurso a la violencia durante las conversaciones. Ello, según estos «mediadores», ya se habría conseguido con el carácter «general» del «alto el fuego» anunciado por ETA en enero, que excluye la «kale borroka», el «impuesto revolucionario» y, por supuesto, cualquier atentado.
Otro garantía que pretenden introducir los «mediadores» es que los dos frentes de la negociación, la «mesa técnica» (Gobierno-ETA) y la «mesa política (los partidos) no tengan relación entre sí. Durante el último «proceso de paz», la banda pretendía que ambas mesas coincidieran en sus trabajos en tiempo real, de tal forma que en ningún caso decidiría abandonar las armas si antes no tenía la certeza de que Batasuna había impuesto a los partidos la autodeterminación. Los «mediadores» quieren que ahora primero se reúnan ETA y el Gobierno para hablar exclusivamente de «paz por presos». Y, una vez concluidos sus trabajos y llegado el acuerdo, comenzaría a trabajar la «mesa política». Algo que para Brian Currin y compañía es democráticamente intachable. Pero los expertos antiterroristas advierten de que la banda nunca va a aceptar esta exigencia, porque supondría dejar de tutelar a la «izquierda abertzale» en un asunto de tanta envergadura como el de la negociación. Con una ETA finiquitada, ¿para qué negociar?
Los expertos antiterroristas consideran que de la «Conferencia» va a salir una «ETA satisfecha» porque ha logrado la «internacionalización del conflicto» y con ello una «legitimación» como interlocutor del pueblo vasco. Y Bildu/Amaiur, reforzados para aspirar en las próximas elecciones a lograr en el Congreso grupo propio, a costa del PNV. Pero los mismos medios descartan que la banda decida, ni tan siquiera a medio plazo, su disolución. Va a administrar estratégicamente sus pasos, poco a poco, porque le va bien así. De momento deja hacer a Bildu, pero se mantiene en su papel de gendarme. Si transcurrido un tiempo su «brazo político» no consigue los objetivos perseguidos, volverá la «estrategia militar».
ABC, 17/10/11