DIARIO VASCO, 15/5/12
La viuda del edil del PP Pedrosa relata detalles de su encuentro con un exterrorista. Tres víctimas de ETA, Carmen Hernández, Joaquín Vidal e Iñaki García, comparten su relato en el Congreso sobre Memoria y Convivencia
El ex ministro de Asuntos Exteriores de Israel Shlomo Ben Ami ha advertido en Bilbao de que no puede haber una solución a un conflicto con una justicia «plena» porque «donde hay justicia, no hay paz».
Ben Ami ha participado en un coloquio sobre convivencia, dentro del «Congreso sobre memoria y convivencia» organizado por el Gobierno vasco, junto a la senadora chilena Isabel Allende, hija del presidente Salvador Allende, muerto durante el golpe de estado del general Augusto Pinochet.
El exministro israelí, que participó en las negociaciones de paz con Palestina auspiciadas por el entones presidente estadounidense Bill Clinton, ha asegurado que «lo más difícil y duro» para una sociedad que ha vivido un conflicto violento es asumir que no habrá justicia «plena» si quiere conseguir una paz duradera.
«Es un dilema cruel, pero con una justicia total no hay transición posible, se daría plena satisfacción a las víctimas del pasado, pero no se evitaría las víctimas del futuro», ha argumentado Ben Ami, quien también fue embajador en España y es vicepresidente del Centro Internacional de Toledo para la Paz.
La justicia, según ha dicho, es «incompleta o relativa» para cada una de las partes de un conflicto y se debe «contextualizar» para encontrar un «camino medio entre la justicia y la paz».
Ben Ami ha defendido que esa falta de justicia plena se puede compensar con una «justicia moral» a través del reconocimiento del daño causado y con «gestos» de las instituciones y los líderes políticos.
Isabel Allende
Isabel Allende ha discrepado parcialmente de esta posición y ha reclamado «acercarse lo más posible con el tiempo» a una justicia plena, aunque «probablemente» no se pueda conseguir una justicia «total», porque «verdad y justicia son los pilares para construir un país decente».
Allende ha considerado que la «convivencia» tras un conflicto consiste en establecer una «base ética común» en la que todos admitan que «nunca más» se optará por «la opción de la ruptura de la democracia» y la utilización de la violencia, sin necesidad de perdón, «que es personal», ni de una convivencia directa entre víctima y victimario.
Ben Ami, que ha defendido la política por ser el «espacio de lo posible y del camino medio», también ha relativizado la posibilidad de elaborar un «relato compartido» sobre lo ocurrido en un conflicto violento, ya que ni los historiadores profesionales se ponen de acuerdo en ello, y ha advertido de lo difícil que resulta llegar a acuerdos cuando el problema reside en un «intangible» como la «memoria».
DIARIO VASCO, 15/5/12