Bildu convoca a PSE y PP para encauzar el veto impuesto a los escoltas en Andoain

La alcaldesa admite en una llamada a los ediles amenazados que la forma de dictar la orden «no fue la más adecuada»

Bildu ha decidido dar el paso de reconducir la situación creada en Andoain por el veto impuesto por su alcaldesa, Ana Carrere, a los escoltas de los concejales del PSE y del PP en el municipio. Una semana después de que prohibiese por escrito la entrada de los guardaespaldas en todos los edificios municipales, Carrere llamó ayer por teléfono a los portavoces de ambos partidos, Estanis Amutxastegi y Asunción Guerra, para tender puentes y emplazarles a una reunión la próxima semana, con el fin de debatir por primera vez cara a cara con ellos la polémica medida. Los concejales afectados valoraron el gesto de la regidora, con quien mantuvieron una conversación «cordial». Según comentaron Amutxastegi y Guerra a este periódico, la representante de la coalición soberanista les trasmitió que «quizá la forma de comunicar» la orden «no fue la más adecuada», aunque no les adelantó si tiene previsto anularla o introducir modificaciones.

LAS REACCIONES
CONSEJERO DE INTERIOR
Ares se muestra «esperanzado» en una solución tras telefonear a la regidora
CONCEJALES
Valoran el gesto de Ana Carrere, que les convoca a una reunión para la próxima semana

La llamada de Ana Carrere se produjo en un momento clave, cuando parecía que su decisión de impedir el acceso de los escoltas a los edificios que dependen del Ayuntamiento y de retirar el arco de seguridad de la casa consistorial estaba a punto de desbordar a todas las partes. La alcaldesa se ha puesto en contacto con los concejales amenazados en la víspera de dos fechas importantes: el inicio de las fiestas en este pueblo guipuzcoano y la votación en las Juntas Generales de Gipuzkoa de la que saldrá previsiblemente elegido diputado general del territorio su compañero de filas, Martín Garitano, de Bildu.

Tras la controversia generada por el veto en círculos políticos y sociales, cualificados representantes de la coalición de la izquierda abertzale, EA y Alternatiba cuestionaron de algún modo en público y en privado la orden. El alcalde de San Sebastián, Juan Karlos Izagirre, reconoció que lo más adecuado hubiera sido consultar la medida con los afectados, en busca de una decisión lo más consensuada posible. Internamente, dirigentes de la antigua Batasuna admitieron incluso la urgente necesidad de encauzar la tensa situación en Andoain.

Con «frialdad»

La polémica superó enseguida las fronteras del municipio. No sólo por las repercusiones para la seguridad de los seis ediles socialistas y de la concejala del PP con representación en la localidad, quienes se quejaron de la «fría» manera en que se les comunicó la orden. El propio Amutxastegi, alcalde en el mandato anterior, no se dio por aludido y se hizo acompañar por sus guardaespaldas hasta que la Alcaldía reforzó la prohibición con la presencia de la Policía Municipal para blindar la entrada al Ayuntamiento.

El veto provocó desde el principio una severa reacción de los partidos, incluido el PNV, y de los gobiernos central y vasco. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, anunció su firme voluntad de emprender «reformas legales» para garantizar la protección de los electos en el pueblo. De hecho, el ministerio expresó ayer su disposición a impugnar en los tribunales la prohibición.

Los concejales de Andoain directamente damnificados han mantenido una postura de moderación, como lo demuestra el hecho de que no han cortado relaciones con la alcaldesa y de que son partidarios de reunirse con ella para que las aguas vuelvan a su cauce. Sin embargo, la orden se produjo en un momento especialmente sensible para socialistas y populares, que han denunciado en Euskadi presiones del entorno radical tras la constitución de los nuevos ayuntamientos.

«Buena sintonía»

En este contexto, Ana Carrere telefoneó ayer a Amutxastegi y Guerra. El portavoz municipal del PSE confía en que la reunión a la que les ha convocado la alcaldesa sea para introducir cambios en la prohibición. Aunque detectó «una buena sintonía» en la conversación, la alcaldesa no admitió que se hubiera equivocado, según el concejal. «Todo el mundo comete errores. Pero para mí, el hecho de que trate de reconducir el tema es algo ya importante», explicó el exalcalde, que acudirá al encuentro de la semana que viene con un mensaje: «La seguridad de mis compañeros y de la concejala del PP debe garantizarse absolutamente».

Por su parte, Asunción Guerra también expresará a Carrere la necesidad de «mantener una cierta seguridad». Por su experiencia, la concejala del PP desveló que no acostumbra a que sus escoltas permanezcan en el interior del Ayuntamiento. En los plenos, porque hay Policía Municipal. Y en las comisiones y otras citas les recomienda que «vayan a tomarse un café», ya que el ambiente es «tranquilo». Por tanto, dedució que la alcaldesa de Andoain adoptó esa decisión por cierto desconocimiento o porque «igual ha estado mal asesorada».

El consejero de Interior, Rodolfo Ares, se mostró ayer «esperanzado» en un acuerdo que asegure la protección de los electos tras telefonear personalmente a la alcaldesa. Ares, que había recordado por carta a la regidora que la seguridad debe estar garantizada por ley, consideró que el gesto de convocar un encuentro con los concejales amenazados responde a un interés por «resolver la situación».