- El PNV se ha dado cuenta de que lo que puede evitar un corrimiento de votos de su propio electorado hacia la izquierda abertzale es recordar de quiénes son herederos y es que Bildu está reproduciendo de alguna manera lo que ya han hecho sus colegas en Irlanda del Norte.
Las encuestas dicen que Bildu puede ganar en las elecciones de este domingo. ¿A qué se debe su ascenso en intención de voto?
Puede ganar o puede no ganar. Pero es evidente el ascenso. Yo creo que tiene que ver con diversos factores. Uno es la estrategia proyectada a medio plazo, sin urgencias, sin prisas, reproduciendo de alguna manera lo que ya han hecho sus colegas en Irlanda del Norte. Le dan prioridad a una agenda social y ocultan de alguna forma la agenda nacionalista. En segundo lugar proyectan una idea de fin de ciclo con razones objetivas. Se está produciendo un fin de ciclo en el País Vasco y quizás lo que no habíamos percibido es que la pandemia también nos iba a pasar una buena factura. La gestión de determinados servicios públicos se ha ido manifestando muy deteriorada, sobre todo la sanidad pública. Los resultados de los informes PISA han mostrado resultados muy negativos en educación. El Gobierno ha tenido problemas con la Ertzaintza. El PNV ya desde hace unos años es percibido como un partido envejecido, como un partido de otro tiempo. Y luego la propia mutación de la sociedad vasca. La necesidad que ha expresado desde el primer momento de olvidar el pasado terrorista. ¿Y qué mejor manera de olvidar el pasado terrorista que gratificar de alguna manera a sus herederos más directos?
Hay una desmemoria de lo que fue el terrorismo.
En los momentos mejores de la memoria del terrorismo, solamente había una mitad de la sociedad vasca que decía que había que recordar lo que había sido. La otra mitad desde el primer día era partidaria de olvidarlo y de empezar con la hoja en blanco, como decían los teóricos de la izquierda abertzale. Han pasado diez años, todo ha favorecido el olvido
«El olvido acabará pasando factura a la sociedad vasca: ¿tú qué hiciste entonces?»
¿Y ese olvido cómo lo ve? ¿Qué consecuencias tiene?
El olvido es absolutamente insano. Ha ocurrido una cosa en los últimos meses que es curiosa. Quien más ímpetu y más énfasis pone en recordar lo que pasó en los años del terrorismo es precisamente el PNV. Se ha dado cuenta de que lo que puede evitar un corrimiento de votos de su propio electorado hacia la izquierda abertzale es recordar de quiénes son herederos, cuál es su negro pasado y el hecho de que no se desembaracen de él. Lo que no hizo el PNV en otro tiempo lo está haciendo en los últimos tiempos porque se da cuenta de que en el fondo lo único que les separa o les diferencia es que unos mataron y otros, por lo menos, no mataron. El olvido yo creo que va a suponer un baldón para la sociedad vasca. Ahora se ve de una manera distinta, se ve casi como un olvido reparador. Pero las sociedades que pierden de vista lo que han hecho durante 50 años, al final tienen que pagar una enorme factura. No la pagará esta generación pero sí se pagará en el futuro. Como ha pasado en España con la Guerra Civil y otro tipo de cuestiones.
¿Por qué dice que eso pasa factura en el futuro? ¿ Qué consecuencias tiene?
Acabará surgiendo una nueva generación que ya no esté apremiada por las necesidades del presente y que preguntará: “¿tú qué hiciste entonces?¿cómo es posible que en esta sociedad ocurriera lo que ocurrió? ¿y tú? ¿y tú dónde estabas? ¿qué hacías?”. Es la reclamación que hace el hijo al padre. Ves las imágenes de los mítines de la izquierda abertzale y es todo graciosísimo. Es una pasarela de trajes. ¿Dónde están los antiguos cortes de pelo, los pendientes, las caras de agresividad y las expresiones fuera de tono? Ahora es todo perfectamente mainstream y todo está perfectamente edulcorado. Todos, desde el primero hasta el último de los ciudadanos vascos, sabemos que es falso. ¿Hasta cuánto va a durar esta mentira? Hasta que no sea necesaria. Que tampoco nos sorprenda. Los herederos del IRA han ganado las elecciones. Y la izquierda abertzale se ha mirado nuevamente en Irlanda.
«Mientras que el electorado de otros partidos está cansado el de la izqueirda abertzale está motivado»
¿Por qué las encuestas muestran una apatía, un cansancio? ¿Qué le pasa a la sociedad vasca?
Puede ganar la izquierda abertzale porque posiblemente sean los únicos motivados. Hay electores que se van a quedar en casa. El electorado del PNV está confuso. Hay cansancio, envejecimiento de marca, desconfianza. La confianza en el voto, en la política es una creencia más. Tú crees hasta que dejas de creer y cuando dejas de creer, pues te pasas a otro lado o por lo menos te quedas en casa una o dos veces. Creo que esto es lo que les puede estar pasando en estos momentos. El electorado del PNV, el electorado del Partido Socialista o del Partido Popular están muy desactivados. Las últimas encuestas indicaban que la mitad de los electores del PNV no estaban de acuerdo con La ley de Amnistía. El PNV tiene un ancho de banda muy amplio y hay un electorado al que no le ha parecido bien esta operación.
Las encuestas también reflejan que el apoyo a la independencia es muy bajo. ¿Esto es porque el diferencial de bienestar ha convencido a la sociedad vasca de que la independencia no merece la pena?
El ejemplo catalán ha sido muy aleccionador. El ejemplo catalán muestra qué ocurre cuando te metes en un lío y no sabes salir del lío. Aquí ya lo hicimos en su tiempo con el Plan Ibarretxe. Aunque el Plan Ibarretxe se hizo todo dentro de la legalidad. En el caso catalán, por otro tipo de razones , se ha mantenido ese conflicto abierto en el tiempo. Creo que la ciudadanía vasca es consciente de que por ahí no se puede ir. Todo el mundo lo sabe y nadie lo dice. Si Cataluña consiguiera emular de alguna manera el autogobierno fiscal, suponiendo el 22% del PIB español, se pondría en serio peligro la ventaja vasca. Es un problema que una excepcionalidad para una pequeña parte de la población se remita al 30% del conjunto de la población. Dejaría ser excepcional con lo cual pasaríamos a otra escala. Todo lo que viene de Cataluña resulta muy amenazante. Lo que pasa es que el nacionalismo con una mano hace una cosa para que no la vea lo que hace la otra. Por un lado sigue manteniendo su tradicional discurso nacionalista, secesionista, o de autogobierno en la fase que se quiera, pero a la par son plenamente conscientes de que nunca han estado mejor que en la situación en la que se encuentran. La vaca ya tiene muy poco que ordeñar.
«El ejemplo catalán es aleccionador. La sociedad vasca sabe que o va a la independencia o se queda como está porque poco más se puede sacar»
En realidad, lo último que tiene que ordeñar la vaca son las selecciones nacionales de fútbol, que son las únicas que interesan y que no dependen de España, sino que dependen de las federaciones internacionales. Y luego está la fotografía de que en la pensión en lugar de firmar abajo la ministra o el ministro correspondiente firme el consejero de Hacienda o a quien le corresponda en el País Vasco. No se les pasa por la cabeza romper la caja única de la Seguridad Social porque es un disparate, teniendo en cuenta la descompensación entre lo que pagas en pensiones altas y lo que recibes en una región envejecida. De España ya no se puede sacar más. Más a allá de elementos simbólicos o de afirmaciones de poderío que en realidad detrás no tienen absolutamente nada, aquí ya no hay más cera que la que arde. O te vas a la independencia o te quedas donde estás. Por eso coinciden las tasas más bajas de independentismo con las expresiones políticas más favorables al nacionalismo.
El PSOE durante un tiempo fue el partido crítico con el nacionalismo. Ahora se ha convertido en una muleta en los gobiernos vascos. Y la relación entre socialistas y PNV, aquí en Madrid, es muy intensa. Claro. ¿Cuál es el futuro del Partido Socialista en el País Vasco?
Yo escribía la pasada semana un artículo donde planteaba que si el Partido Socialista de Euskadi repite resultados se puede dar con un canto en los dientes. ¿Por qué? Porque la política de Sánchez se está cargando al Partido Socialista de Euskadi. Se lo está cargando en la medida en que lo está convirtiendo en un partido sucursalista, en un partido al servicio de las necesidades de la Moncloa para mantener el poder. Esto no es nuevo. Esto viene desde los tiempos de Adolfo Suárez. Tanto los partidos de izquierda como de derecha españoles se han visto convertidos en sucursales de las necesidades de sus respectivos gobiernos y presidentes en Madrid. El Partido Socialista de Euskadi se ha convertido en un partido mochila, en un partido muleta con aspiraciones muy pequeñas. Estamos hablando de entre el 10 y el 13% aproximadamente. Como gane las elecciones Bildu, aunque no gobierne, la legislatura que nos va a tocar es una legislatura viejuna, por decirlo de alguna manera. Es decir, se junta lo viejo de un lado y lo viejo de otro, con lo cual los niveles de depreciación de la política vasca y el callejón sin salida al que nos vamos a encontrar se van a hacer evidentes. ¿Cuál va a ser la tesitura en la que se va a encontrar el Partido Socialista de Euskadi dentro de cuatro años en el supuesto de que se revalidará el éxito electoral de Bildu? Pues posiblemente no le quedaría otra que apoyar a Bildu. Hoy no va a hacerlo porque todavía queda mi generación que se enfrentó al terrorismo.
Otegi ha dicho que no tiene prisa.
Claro. Bildu está planteando una estrategia a medio plazo. Por eso han puesto a un muchacho de 40 años como candidato. No lo están quemando, Lo que están haciendo es consolidarlo de aquí a cuatro años.