Tonia Etxarri-El Correo
El candidato de Bildu, Pello Otxandiano, será recibido hoy por el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en un momento de máxima tensión preelectoral cuando los sondeos demoscópicos prevén mejores resultados para el grupo de Otegi que para el PNV en la próxima cita con las urnas (¿para cuándo, lehendakari?) en el País Vasco. Aragonès ya se entrevistó con Iñigo Urkullu el 31 de enero en Bruselas. Pero su partido, ERC, con quien tiene sellado un pacto férreo es con Bildu. No por casualidad concurren en la misma lista para los comicios europeos junto al BNG con Pernando Barrena como cabeza de cartel.
Los herederos de Batasuna (perdón, por recordar) no fundaron Bildu para subir el Salario Mínimo Interprofesional o para mejorar el bienestar de los ciudadanos españoles sino para utilizar las instituciones en beneficio de su proyecto de independencia. No tienen la urgencia de los secesionistas catalanes pero son conscientes de que, gracias primero al PNV y ahora a Pedro Sánchez, su estado de blanqueamiento le está beneficiando para atraer nuevo electorado.
Mientras el PNV sigue arrastrando la imagen de su candidato Pradales solapado por la sombra del lehendakari Urkullu que se resiste a abandonar el escaparate, el candidato de Bildu lleva ya tiempo inmerso en una campaña institucional maquillada permitiéndose, incluso, sentenciar que ETA fue «un ciclo político» cuando en la historia real la banda persiguió a miles de ciudadanos y mató a más de 850 víctimas.
Consciente de que su formación atraviesa un momento dulce, a pesar de la larga sombra de Otegi con el lastre de su pasado. La memoria diletante de quienes recuerdan, por ejemplo, quién fue Pernando Barrena (condenado por pertenencia a ETA) se queda en el poso de los sectores más maduros de la población. Destaca el último sondeo de EiTB que la intención de voto hacia Bildu, entre los treintañeros, dobla a la del PNV. En el PP de Javier de Andrés manejan un estudio que pone a la sanidad, la educación y la economía, por este orden, en la lista de preocupaciones de los vascos. Según el Sociómetro, la pulsión identitaria sigue a la baja. Bildu ha tomado nota y se ha reseteado. Y no le van mal las perspectivas de intención de voto.
Ahora el PNV se lamenta temiendo el ‘sorpasso’ del grupo de Otegi. Pero solo en las contiendas electorales se acuerda de que a Bildu le falta un hervor para ser considerado como un partido democrático mientras no condene la trayectoria terrorista de ETA cuando, en realidad, han pactado con ellos todas las veces que lo han necesitado.
Si Bildu puede presentarse como la opción más moderna de la historia es gracias al PNV y a Pedro Sánchez, que se han quedado colgados de sus alianzas con el chantajista Puigdemont mientras que los de Otegi van fortaleciendo sus vínculos con los pragmáticos de ERC. A todos les une, sin embargo, la causa de la amnistía. «Para hacer cumplir las mentiras del presente, es necesario borrar las verdades del pasado», dejó escrito George Orwell en ‘1984’. Y en esas estamos.