El desacuerdo PNV-PSE y el apoyo deAralar le permiten encabezar más ayuntamientos que los 74 donde logró mayoría absoluta
Bildu vivirá hoy uno de sus días grandes. El segundo será el de la previsible investidura de Martín Garitano como diputado general de Guipúzcoa, aunque, antes, la coalición soberanista recogerá esta mañana los frutos que siempre han resultado más apetecibles para la izquierda abertzale tradicional: las 953 concejalías que le han dado sus 276.000 votos en Euskadi, a las que hay que sumar las 184 que ocupará en Navarra. La alianza que aglutina a la izquierda abertzale, EA y Alternatiba se convertirá así hoy, la jornada señalada por ley para la constitución de todos los ayuntamientos, en la fuerza política con más poder local en Euskadi y firmará además un hito histórico al acceder a la Alcaldía de San Sebastián –que pasará a estar liderada por un médico hasta ahora solo conocido por impulsar una plataforma favorable a la desanexión de Igueldo, Juan Carlos Izagirre–, tras cinco legislaturas de mandato ininterrumpido del socialista Odón Elorza.
Será, desde luego, una de las fotografías del día –no en vano, el futuro alcalde ha invitado a sus conciudadanos a que acudan a las inmediaciones del Consistorio para celebrar «el cambio»– y la que logrará simbolizar en una sola imagen el momento más dulce de Bildu, una coalición propulsada al estrellato político gracias a su legalización ‘in extremis’ por el Tribunal Constitucional y a la inactividad de ETA.
La marca tiene garantizadas 88 alcaldías en los tres territorios y en Navarra –74 en Euskadi y 14 en la comunidad foral–, todas ellas ganadas con mayoría absoluta. Pero logrará hacerse además con un buen número de municipios hasta llegar a liderar casi un centenar en Euskadi, en los que, pese a ser la fuerza más votada, necesitaba el apoyo o el desacuerdo de terceros para gobernar. Algunos son muy importantes o de gran carga simbólica, como el segundo enclave más poblado de Álava, Llodio, o las localidades guipúzcoanas de Tolosa, Getaria, Rentería o Andoain, esta última una de las más castigadas por la violencia.
El buen resultado de Bildu se traducirá en mayores cotas de poder sobre el terreno gracias, en parte, al pacto que la coalición ha alcanzado con Aralar en siete municipios guipuzcoanos y dos vizcaínos. Un acuerdo que muy probablemente se trasladará también a las Juntas guipuzcoanas y que demuestra que la formación de Patxi Zabaleta ha optado por el papel de sostén de Bildu como mal menor para intentar mantener su impronta en la política municipal y foral pese al fracaso del 22-M. Pero, sobre todo, Bildu podrá rentabilizar al máximo sus papeletas gracias a la incapacidad de PNV y PSE para llegar a un acuerdo a gran escala que hubiera impedido no pocos ejecutivos de los soberanistas.
La desaparición en muchos pueblos de partidos que tradicionalmente oficiaban un papel de bisagra, como EB o la propia Aralar, ha hecho el resto. Solo el PPmantendrá hoy contra viento y marea su decisión de orientar el sentido de su voto para intentar en todos los casos arrebatar la makila a Bildu –lo que implica respaldar al PNV en municipios como Elorrio, Llodio, Sopelana o Lemoa–, pero en los tres últimos, por ejemplo, no será suficiente. Para los populares, en todo caso, es una forma de mantener un discurso coherente e incluso de atraer a posibles votantes peneuvistas desencantados por la decisión de la formación de Iñigo Urkullu de no mojarse para desbancar a los soberanistas y no agitar así sentimientos de agravio en esa porción del electorado, con la vista puesta en las autonómicas de 2013.
Hipocresía y presiones
En esos municipios sería necesario que el PSE se prestara a la misma estrategia –a la inversa, si el PNV apoyase a Ernesto Gasco, Bildu perdería San Sebastián–, pero jeltzales y socialistas, más distanciados que nunca, no se harán favores mutuos. En Sabin Etxea están convencidos de que su electorado castigaría severamente que se dejaran cortejar por la formación que pactó con el PPpara desalojarles de Ajuria Enea y el PSE, inmerso en una profunda reestructuración tras el batacazo electoral, tampoco está dispuesto a apoyar gratis a su rival.
Eso, a pesar de que peneuvistas, socialistas y populares comparten, con matices, la convicción de que la izquierda abertzale conserva ‘tics’ del pasado de dudoso pedigrí democrático. El PNV, de hecho, se ha quejado de las «presiones» de Bildu a sus candidatos y le ha valido que PSE y PP le llamen «hipócrita».
Pese a que ha llegado a acusar al PNV de querer «usurpar» determinadas alcaldías, también Bildu podrá hoy arrebatar a los jeltzales Markina, Gatika o Muxika. Descartado el apoyo de la coalición al PSE en Ortuella, queda por ver si Bildu aupará a los peneuvistas a la alcaldía en dos feudos socialistas, Trapaga y Lasarte. PSE y PP escenificarán apoyo mutuo, aunque en Barakaldo, donde la relación personal es pésima, el PPse votará a sí mismo aunque no dará el paso decisivo de enviar al PSE a la oposición. Será también el día de Iñaki Azkuna, con mayoría absoluta en Bilbao, y de Javier Maroto, que se estrenará como alcalde en Vitoria.
EL CORREO, 11/6/11