Blas de Lezo vuelve a Pasajes

PERIODISTA DIGITAL 04/07/14
ENRIQUE ZUBIAGA

Como les contaba el otro día, tras recibir la bandera de combate en Guecho, Vizcaya, la fragata que lleva el nombre del Teniente General de la Armada Española, y primer Marqués de Ovieco, Don Blas de Lezo y Olavarrieta, hizo su entrada por la estrecha bocana del puerto de Pasajes, Guipuzcoa, el pueblo natal del gran marino. De este modo, y trescientos años después de abandonar su tierra, Blas de Lezo regresó simbólicamente a ella.

No me digan que estas fotografías que les pongo no son bonitas. No las pongo más grandes porque no caben, pero quiero pensar que tanto sus paisanos de Pasajes como todos los vascos estarán tan orgullosos como yo de ver entrar en su puerto un barco tan bonito que lleva el nombre del más ilustre hijo de Pasajes. Un héroe que en numerosas ocasiones demostré su lealtad a la patria y su valor, aún a costa de un enorme sacrificio personal (perdió un brazo, una pierna y un ojo).

En la que fue quizá su mayor y más famosa hazaña, Blas de Lezo consiguió poner de rodillas a los ingleses en Cartagena de Indias. En efecto, el Almirante de la armada inglesa Edward Vernon, que venía de saquear el mal defendido puerto de Portobelo, en Panamá, puso rumbo a Cartagena de Indias con la flota más potente que había visto la historia: 195 barcos y 25.000 marinos, mas 4.000 soldados al mando de Lawrence Washington (hermano del que fue presidente de los Estados Unidos, George Washington) desafiando a Blas de Lezo, comandante de la fortaleza, y recibiendo de este la siguiente respuesta: «Si hubiera estado yo en Portobelo, no hubiera su Merced insultado impunemente las plazas del Rey mi Señor, porque el ánimo que faltó a los de Portobelo me hubiera sobrado para contener su cobardía.»

Al mando de Blas de Lezo defendieron Cartagena del sitio de los ingleses sólo 3.000 hombres y seis navíos de guerra que sin embargo inflingieron a Vernon una estrepitosa derrota y humillación.

Tanto contaban los ingleses con una aplastante victoria que ya habían acuñado monedas para celebrarla con las siguientes leyendas: «Los héroes británicos tomaron Cartagena el 1 de abril de 1741» y «El orgullo español humillado por Vernon».

Evidentemente Vernon y Washington minusvaloraron al guipuzcoano y lo pagaron muy caro.

Quiero pensar que los de Pasajes se frotan los ojos estos días y no caben en sí de orgullo y felicidad. No me extraña.