RAFAEL MOYANO – EL MUNDO – 10/06/17
· Es cierto que esta vez las encuestas fueron cambiando y redujeron hasta casi el empate técnico la distancia entre conservadores y laboristas. Pero no es menos cierto que Theresa May se lanzó a convocar elecciones porque todos los analistas, incluida la propia May, consideraron que era el momento adecuado para hacerse fuerte ante las duras negociaciones con Europa que tiene por delante. El plan, ganar unas elecciones –hasta ayer no lo había hecho– con una mayoría más que absoluta, abrumadora, y de paso dar la puntilla a Jeremy Corbyn y su partido menguante. El resultado, ha perdido estrepitosamente al ganar con una mayoría simple que le va a complicar desde dentro la ya complicada, por inédita, negociación con Bruselas.
Se lo complicará, o no. Quién sabe. El análisis y la predicción política están alcanzando los niveles del análisis y la predicción económica, esa que está repleta de «como ya dije» cuando las cosas han pasado sin que nadie las viera venir. Al discurso político se ha incorporado en los últimos años un factor de corrección incontrolado que lo distorsiona todo: el estallido del populismo.
Precisamente ése es el título del libro de ensayos presentado esta semana por Planeta, en el que varios autores, poco partidarios, advierten de los riesgos de este fenómeno global. «Epidemia viral» lo denomina Mario Vargas Llosa en un prólogo en el que reúne a todos los movimientos políticos que se pueden agrupar bajo esta denominación y describe los requisitos que deben cumplirse para formar parte del universo del populismo.
En primer lugar ser irresponsable y demagogo; como ingrediente central, el nacionalismo; muy unido a este nacionalismo, el racismo, y, unido a ambos, el aislacionismo. En el mundo en desarrollo, los populismos se esconden bajo el progresismo, y en el desarrollado, se visten de derecha nacionalista. Todos juegan con los bajos instintos que propician, explica el escritor peruano, «el espíritu tribal, la desconfianza y el miedo al otro». Lo de Podemos, caso aparte.
En todo esto, ¿dónde encaja el Brexit, movimiento de éxito inesperado que fue promovido por un partido xenófobo y antieuropeo y apuntalado por políticos conservadores? Los británicos le dan ahora un varapalo a la encargada de ejecutar los deseos que expresaron en un referéndum, quizás con la esperanza de suavizar las consecuencias. Será ahí dónde encaja como fenómeno populista, en esa otra característica no mencionada, la de quedarse en lo inmediato y no mirar un poco más allá.
RAFAEL MOYANO – EL MUNDO – 10/06/17