RAMÓN PÉREZ-MAURA-EL DEBATE
  • Y el día se vio rematado por la decisión del Tribunal Supremo de investigar a Puigdemont por terrorismo, ignorando la decisión del fiscal gubernamental y haciendo caso a la Junta de Fiscales y al juez García-Castellón. Desde luego, hay días que es mejor no levantarse de la cama
El de ayer no debió ser el cumpleaños más feliz de los 52 que lleva celebrados Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Madrugarse con la noticia en El Confidencial de que el comisionista Víctor de Aldama se reunió en la Moncloa con su mujer para estudiar oportunidades de negocio parecía la última bomba de esta trama de corrupción. Hace falta mucha desfachatez para emplear la Presidencia del Gobierno como oficina para negocios particulares. Porque no consta que Begoña Gómez ostente ningún cargo público ni haya sido comisionada específicamente para nada.
Pero la jornada tenía que deparar otra bomba. Como reveló El Debate a primera hora de la tarde, Jacobo Pombo, según el juez, intermediario de la trama de mordidas, organiza un foro de liderazgo en el Palacio de La Magdalena de Santander que en su edición de 2021 fue presidido por Pedro Sánchez, en las tres anteriores por José Luis Ábalos y en la de 2022 también por el exministro.
El que Aldama fuese a la Moncloa acompañado del consejero delegado de Globalia, Javier Hidalgo, cuya cercanía a Begoña Gómez es conocida hace tiempo, agrava la situación. Porque tener una visita de un empresario no implica que vayas a hacer negocios con él. Puede ir a ver a la mujer del presidente del Gobierno para pedirle que participe en la inauguración de unas instalaciones o en el caso de Aldama, para que haga el saque de honor en un partido del Zamora. Lo que sea. Pero cuando ya van dos, que son socios entre sí, aunque sus intereses originarios sean muy distintos, la cosa toma otro perfil. Ya es mala suerte para el sanchismo que la noticia de El Confidencial coincidiera con la portada de la edición impresa de El País diciendo a tres columnas que «El empresario Aldama, clave en la trama del caso Koldo». El evidente intento de alejar esta estructura de corrupción del propio Koldo y de Ábalos no pudo salir peor. Aldama entraba en la Moncloa. Todavía no nos consta si Koldo tenía reuniones en privado con la señora de Sánchez.
Añadamos a ello que ayer se supo que el juez está investigando a Ábalos, lo que refuerza la tesis de que sus intereses siguen coincidiendo con los del PSOE en que es mejor que siga en el Grupo Mixto porque así no puede ser llamado a declarar. Y comprendo que hay que presumir la inocencia de Ábalos, pero tampoco está de menos recordar la crueldad que él empleó en el pasado para despellejar a sus rivales sin concederles ninguna presunción de nada.
Pero el momento más divertido del día llegó cuando la agencia Efe «informó» de una reunión que planeaba Koldo con Miguel Tellado, portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, y con «Alberto». El intento de enmerdar al PP en el Caso Koldo es de lo más burdo hasta ahora. Para empezar porque el que un tipo como Koldo dijera que tenía intención de reunirse con Tellado puede ser simplemente una mentira a su interlocutor y además no hay la más mínima constancia de que se vieran nunca. Pero un buen titular de Efe para ser repicado por el Equipo Nacional de Opinión Sincronizada ayuda a embarrar el terreno. Y, sobre todo, demuestra lo nerviosísimos y desesperados que están.
Y el día se vio rematado por la decisión del Tribunal Supremo de investigar a Puigdemont por terrorismo, ignorando la decisión del fiscal gubernamental y haciendo caso a la Junta de Fiscales y al juez García-Castellón. Desde luego, hay días que es mejor no levantarse de la cama. Ni aunque sea tu cumpleaños.
Me pregunto si mientras celebraba su aniversario, leía la información de El Confidencial sobre su mujer y sus contactos con la trama, y la de El Debate sobre su relación con Jacobo Pombo, Sánchez recordaría sus palabras el sábado pasado ante sus colegas de la Internacional Socialista: «El que la hace, la paga» dijo y se declaró «implacable» contra la corrupción «venga de donde venga y caiga quien caiga» ¿También «Bego» y vos, señor presidente?