Ayer se celebró en el BEC de Barakaldo el XXI Congreso de Directivos bajo la presidencia del Rey y con la asistencia de muchos de los más importantes gestores del país. Sin duda alguna, las dos palabras más citadas a lo largo de la mañana fueron ‘Cambio’ e ‘Incertidumbre’.
José María Alvarez-Pallete, que abrumó con datos a la audiencia (el 42% del tráfico que circula por sus redes lo hacen ya las máquinas y no las personas), aseguró que no estamos en medio de una Era de cambios, sino en un cambio de Era. La acumulación de tecnología se desarrolla a un ritmo nunca visto y como no tiene valores, es necesario añadírselos. Quedó claro que la web 3.0 y el resto de los adelantos que nos adelantan a velocidad de vértigo van a provocar el mayor nivel de desigualdad social vista en toda la historia de la humanidad. Una desigualdad que no será entre pobres y ricos ni entre poderosos y humildes, sino entre quienes sean capaces de acomodarse a los nuevos tiempos y los que no puedan (¿podamos?) seguir el ritmo del cambio. Un bache gigantesco que no será fácil de colmar. ¿Ha oído hablar del metaverso y del ‘blockchain’? Seguro que sí. ¿Ha entendido algo? Pues si es así, hágame la caridad de explicármelo despacio, porque yo, si me lo cuentan en azerbaiyano, me quedo igual. En consecuencia, afirmó que las desigualdades no se corrigen dando ayudas, sino distribuyendo competencias. ¡Vaya por Dios, qué mala suerte, con lo que le gusta a este Gobierno eso de repartir dinero y la pereza que le da exigirle a la gente que sea más competente!
Como era de esperar, la situación energética ocupó una buena parte del acto. Antonio Brufau señaló los errores europeos a la hora de planificar los suministros, tanto en los sistemas de generación como en el origen de los aprovisionamientos. Resaltó la estupidez que supone reducir emisiones en Europa, con un coste tremendo para las empresas, e importar a la vez emisiones a través de los productos que compramos a países que no las restringen. Exigió neutralidad tecnológica y Francisco Reynés pidió una transición energética realista, con objetivos alcanzables y plazos razonables. ¿Quiere dos noticias positivas? Pablo Hernández de Cos aventuró que, con los datos actuales, los tipos de interés no subirán más allá del 2,25/2,5%; y Antonio Garrigues propuso prohibir el pesimismo. Me da que me quedo sin trabajo…