Daniel Lacalle-EL Español
El Gobierno se ha visto obligado a asestar un hachazo a sus inverosímiles previsiones de recuperación para 2021. Ustedes recordarán a las ministras Montero y Calviño hablar de «previsiones prudentes», aunque nadie lo creyó. Pues han dado un tijeretazo de 3 puntos de PIB seis meses después, casi nada.
El recorte es equivalente a lo que crece la economía en un año bueno completo. Lo peor no es equivocarse en estimaciones de PIB, que era ya una vergüenza por propagandista y falso, sino que todos los presupuestos estaban construidos sobre esa premisa falsa (ya lo explicamos en su momento aquí). ¿Va a dimitir algún ministro? No. ¿Van a revisar la brutal expansión de gasto que acordaron con sus socios de coalición? No. Van a intentar expoliarnos mucho más tras el hachazo fiscal de 2020 y el que ya se está imponiendo en 2021.
Ya lo dijimos hace unos meses: Cuando el Gobierno de Sánchez tiene la falta de vergüenza de presentar unos Presupuestos que parten de cifras obsoletas e increíbles desde la primera página destruye la credibilidad del Ejecutivo y daña gravemente la imagen de España.
Nos dicen que en esta crisis no se va a hacer lo mismo que en la anterior… y Sánchez e Iglesias están haciendo exactamente lo mismo (pero mucho peor) que en 2009. Endeudarse masivamente aumentando gasto político y fiarlo todo a la magia. Y los resultados no van a ser diferentes.
Cuando el Gobierno de Sánchez tiene la falta de vergüenza de presentar unos Presupuestos que parten de cifras obsoletas e increíbles destruye la credibilidad del Ejecutivo
No, España no va a «liderar el crecimiento» en 2021. Simplemente rebota porque cayó mucho más. De hecho, el Fondo Monetario Internacional sitúa a España a la cola de la recuperación, y estima que España seguirá en 2026 con más paro que en 2019. A pesar de revisar al alza las previsiones de rebote económico, el FMI sitúa a España como el país con mayor tasa de paro de la OCDE y de la Unión Europea en 2022, superando incluso a Grecia.
Según el FMI España sería el país desarrollado con mayor tasa de desempleo en 2022, superando a Grecia. Solo países como Venezuela, Sudáfrica, Sudán, Armenia o Bosnia superan la tasa de paro estimada por el FMI para España.
Los datos de paro de marzo nos muestran el gran drama de empleo en el que España está sumida. Es el segundo país donde más ha aumentado la tasa de paro de la Unión Europea en 2020, mucho más que en Grecia o Portugal, más expuestos al turismo. Pero eso es usando la tasa de paro oficial.
Si tenemos en cuenta los trabajadores en ERTE y los autónomos cobrando la prestación extraordinaria, el paro en marzo alcanza los 5,1 millones de personas. Una tasa de paro equivalente sobre población activa del cuarto trimestre de 2020 del 22%.
En marzo el rebote ha sido imperceptible. Sólo 9.000 jóvenes han salido de las listas del paro en este mes, a pesar del maquillaje de la Semana Santa. Aún hay 780.000 trabajadores en ERTE y 440.000 autónomos en cese de actividad en el mes de marzo. Es decir, niveles superiores a los de verano del año pasado que fue el máximo de impacto en desempleo de todas nuestras economías comparables.
España aún tiene un 11% más de parados que hace un año. En el último año se han destruido más de 111.000 empresas y estamos en niveles de 2013.
España aún tiene un 11% más de parados que hace un año. En el último año se han destruido más de 111.000 empresas
Ante este drama, hay que tomar medidas urgentes y eficaces:
España tiene más paro porque es caro contratar, las empresas tienen enormes escollos para crecer y hay grandes barreras fiscales y burocráticas para invertir.
– Avanzar en la reforma laboral facilitando la contratación, reduciendo tipos de contratos y mejorando la seguridad con flexibilidad eliminando la dualidad y rigidez que no protege el empleo ni al trabajador.
– Fortalecer la negociación salarial por empresa no por sector para apoyar a las pymes.
– Reducir los impuestos al trabajo y las cuotas de autónomo.
– Eliminar trabas burocráticas a la inversión y la contratación.
– Una política de estado de atracción de empresas y capital con impuestos atractivos y reducción de costes administrativos.
– Reducción de duplicidades, gasto político y superfluo y acabar con subvenciones innecesarias.
Si queremos reducir el paro la prioridad de todos los partidos sería facilitar que los autónomos crecieran, que las pymes tuvieran facilidades para hacer la transición a gran empresa, no escollos burocráticos, normativos e impositivos crecientes.
España debe mejorar 10 o 20 puntos en el ranking de facilidad para crear empresas del Banco Mundial y el de Libertad Económica. Se pasan el día hablando de los países nórdicos y olvidan que son líderes en libertad económica y facilidad para hacer negocios.
Tenemos que cambiar una fiscalidad anti-crecimiento, extractiva y confiscatoria que penaliza al que desarrolla su negocio. Una fiscalidad mal diseñada que cobra a emprendedores, autónomos y pymes antes siquiera de haber vendido algo, no ya de tener beneficios, y que penaliza el crecimiento con una falsa progresión que es regresiva, pues frena el incentivo a crecer.
El empleo de calidad y largo plazo en España no va a venir del ataque a las empresas y los inversores. En un país con un 90% de pymes y a mayor parte microempresas, el empresario es un trabajador más que sufre y pelea cada euro junto con sus empleados.
El empleo solo va a mejorar cuando dejemos de creer que el drama del paro lo van a solucionar unos señores que nunca han creado una empresa ni contratado a una persona con su riesgo y su dinero.
España solo seguirá siendo campeona de paro si se mantiene la rigidez destructora de empleo y penalización a los sectores productivos.