Candidatos vascos

EL CORREO 12/11/13
FLORENCIO DOMÍNGUEZ

· López representa la socialdemocracia tradicional; Madina está identificado con Zapatero

Dos socialistas vascos, Patxi López y Eduardo Madina, figuran en las quinielas de aspirantes a presentarse a las primarias del PSOE de las que ha de salir el candidato del partido para los próximas comicios generales. López, a pesar de los circunloquios que se usan para estas ocasiones, ha sido el más claro de los dos a la hora de reconocer su voluntad de presentarse. Madina ha sido mucho menos explícito, aunque se está dejando querer.
El perfil que representan ambos dirigentes políticos tiene notables diferencias. Patxi López, que apunta en su haber el paso por la presidencia del Gobierno vasco, encarna la socialdemocracia tradicional del PSOE anterior a la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero, mientras que Madina, sin experiencia en gestión, representa justamente la identificación con el expresidente del Gobierno. Incluso se atribuye a Zapatero haber sido el primero en lanzar en los medios el nombre del diputado vasco como candidato a las primarias, no se sabe muy bien si para reforzar las posibilidades de Madina o para utilizarlo como liebre de otra candidata, Carme Chacón, también identificada con el ‘zapaterismo’.
Patxi López, que encontró una acogida realmente calurosa entre los delegados del congreso de Sevilla, tiene las simpatías de diversas organizaciones locales y territoriales, como se ha visto por las numerosas invitaciones que ha recibido en los últimos meses para participar en actos del PSOE por toda España. En ese terreno tiene cierta ventaja sobre Madina, ya que ha tenido la oportunidad de difundir su mensaje y darse a conocer de cerca entre la militancia del PSOE. Sin embargo, no es una ventaja decisiva.
La elección de cargos en el seno del PSOE ha estado tradicionalmente condicionada por la capacidad de establecer pactos entre las diversas federaciones territoriales. Desde el famoso Pacto del Betis entre vascos, andaluces y madrileños que permitió a los socialistas del interior ganar el congreso de Suresnes frente a los dirigentes del exilio y la elección de Felipe González como líder del PSOE, hasta el último congreso socialista, el de Sevilla, los acuerdos entre los aparatos territoriales han sido determinantes a la hora del reparto del poder. Ese poder se ha visto este fin de semana en la conferencia política del PSOE, donde la federación andaluza ha hecho valer su peso específico para determinar los asuntos principales sometidos a debate.
Con las elecciones primarias, sin embargo, se diluye la capacidad de condicionar los resultados de los aparatos territoriales que tanto poder tienen dentro de la formación socialista. Siguen teniendo influencia, pero ya no tienen porqué ser determinantes como lo son en un congreso tradicional, donde es costumbre que los delegados de una federación voten en bloque en función de los acuerdos que alcanzan sus líderes.