ABC 04/01/14
«Hoy hace diez años. Me cambió la vida pero la violencia ha dejado de existir y de interferir en el independentismo. Tenía que hacerse. Valió la pena». Con este mensaje el exlíder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, se vanaglorió ayer en su cuenta de Twitter del décimo aniversario de su reunión con la cúpula directiva de ETA. En el momento de la cita apenas habían transcurrido dos semanas de la toma de posesión del primer gobierno tripartito de la Generalitat, en el que Carod-Rovira ostentaba el cargo de consejero-jefe. En el encuentro en Perpiñán (Francia) con la cúpula etarra, además, Carod ejercía en esos días como presidente en funciones del Gobierno catalán, al estar en viaje oficial Pasqual Maragall, que desconocía la reunión.
Según destapó semanas después ABC, Carod mantuvo un encuentro en secreto con «Josu Ternera» y «Mikel Antza», miembros de la dirección de la banda terrorista, con los que habría llegado a un acuerdo para que ETA no atentase en Cataluña, lo que el republicano negó luego. La banda terrorista declararía una tregua en esta Comunidad un mes y medio después de la reunión.
Fernández, objetivo
La reunión destapada por ABC abriría la primera de las sucesivas crisis que sacudieron los dos gobiernos tripartitos, forzando la renuncia al cargo de Carod, que meses después encabezaría la lista de ERC en las elecciones generales.Ç
Los comentarios orgullosos del exdirigente independentista sobre el décimo aniversario de dicho encuentro generaron una encendida reacción del líder del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández, que apuntó que la reunión de 2003 no buscaba el fin del terrorismo, sino que éste no perjudicase a la independencia.
Fernández, en su momento en el punto de mira del «comando Barcelona», aseguró que la entrevista «solo sirvió para darle oxígeno político a ETA», y defendió que el tiempo ha demostrado que la actitud para hacer frente a la banda no era el diálogo, sino la actuación policial: «ETA ha sido derrotada por la asfixia policial y la firmeza del Estado de Derecho (…) la paz es un derecho y no un precio político».