Santiago González, EL MUNDO, 12/10/11
Mariano Rajoy soltó ayer un piopío en Twitter para anunciar que la atleta Marta Domínguez será candidata del PP al Senado por Palencia. En días como éstos a uno le gustaría ser palentino para poner una equis en el recuadro de esta galga rubia que nació para campeona.
A finales del pasado mes de mayo, al presentar como sucesor al ex ministro del Interior Alfredo P. Rubalcaba, el todavía presidente ejecutivo del Gobierno lo definió en términos deportivos: «Alfredo es un sprinter que fue capaz de correr 100 metros en 10 segundos, así que también puede ganar unas elecciones en 10 meses». Es verdad que Rubalcaba fue en su juventud un prometedor velocista, que llegó a correr los 100 metros lisos en 11,1 (el 16 de junio de 1968), pero la frase es digna del relativismo que el ministro de los Deportes que ganó para España la copa Jules Rimet ha repartido por doquier: aquel año, el corredor Jim Hines ganó la medalla de oro con una marca de 9,95, convirtiéndose en el primer atleta que consiguió bajar de los 10 segundos. Con la marca que le atribuye Zapatero, Rubalcaba habría ganado la medalla de plata. Además, un velocista no es un corredor de fondo; ni siquiera le va a servir para ganarlas en seis meses, que es un tiempo equivalente al medio fondo.
Marta sí es una corredora de fondo como atestiguan sus campeonatos europeos de 5.000 metros, y demedio fondo, especialidad en la que se proclamó campeona del mundo en los 3.000 metros. Era una carrera deportiva brillante que el 9 de diciembre de 2010 amenazó ruina, cuando la Guardia Civil se presentó en su casa de Palencia a eso de la una de la tarde y se la llevó detenida a la Comandancia del Cuerpo en dicha ciudad. Del registro de su domicilio se llevaron un ordenador portátil, una maleta y una caja de cartón de grandes dimensiones.
La hora de la detención la libró del efecto helicóptero que en ocasiones resultó muy efectista en las detenciones nocturnas. El hecho de que fuera ella sola la detenida impidió el adorno que se empleó con tipos del PP acusados de corrupción, que eran esposados mano derecha con mano derecha para evitar el disimulo frente a la pena de telediario.
Operación Galgo llamaron los agentes a aquella aventura, demostrando que, a veces, los que ponen nombres en clave se dejan tentar por las metáforas sencillas. Les pasa a los terroristas, que deberían cuidar mucho estas cosas de la clandestinidad y bautizan al pequeño de estatura como Txiki, Gordo al que era gordo y Rubio al que tenía el pelo pajizo. Los extremeños se tocan, ya se sabe, y los picos bautizaron Operación Galgo al dispositivo contra la corredora de fondo.
La juez anuló los cargos en abril y julio y mandó investigar a los guardias por haber roto en dos ocasiones la custodia de las pruebas. Lástima que Rubal Hood esté tan empeñado en su lucha por los pobres que no tenga tiempo para dar explicaciones. De corredor a corredora; esta mujer se lo merece. La corredora Domínguez será senadora el 20-N. Después de todo, Bono tenía razón: Rubalcaba era la liebre mecánica. Marta será la galga.
Santiago González, EL MUNDO, 12/10/11