Del Blog de Santiago González

Venía corriendo un rumor desde el hemiciclo sobre el incierto futuro  de la portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Cayetana Álvarez de Toledo. Ayer, domingo, el diario El País publicó una excelente entrevista con ella, ‘Urge un Gobierno de concentración moral y constitucional de España’, https://elpais.com/espana/2020-08-15/urge-un-gobierno-de-concentracion-moral-y-constitucional-en-espana.html en la que el mérito hay que cargarlo casi exclusivamente a las respuestas. Las preguntas corrieron a cargo de Javier Casqueiro, periodista del que me hice fan hace ya unos cuando años, cuando le leí un titular en el que daba cuenta del hallazgo del cadáver de un hombre “cosido a hachazos”. En la entrevista de ayer  hace lo que puede, valga como ejemplo esta apertura:

Pregunta. ¿Cayetana Álvarez de Toledo es el epítome del sector duro del PP?

Respuesta. Más allá de etiquetas estúpidas, pregunto: los conceptos duro y blando, ¿qué significan? España es ese país insólito donde el centro y la moderación los deciden el nacionalismo y la extrema izquierda. La política no es un deporte. Sin embargo, el lenguaje deportivo está contaminándola, convirtiéndola en un juego binario de categorías estancas. La realidad es más compleja y la política adulta consiste en asumir esa complejidad. A mí podrían llamarme dura por defender un feminismo amazónico, antivictimista, y moderada por plantear un Gobierno de concentración. No respondo a esos clichés.

Toda la entrevista es un manifiesto que resume a la perfección el titular y explica a la perfección la decisión de su partido de sustituirla por cualquier Cuca. En realidad, Cayetana y el PP son una metáfora de España. Se ha dicho con mucha reiteración que el PSOE es el partido que más se parece a España, pero es esto el Partido Popular le sigue muy de cerca. He explicado algunas veces que la clave del repelús que produce en sectores de su partido y entre muchos españoles es la fobia a la excelencia. Aquí somos más del estilo de otros portavoces: la cultura de la nini Lastra, la oratoria  de Echeminga Dominga, esa triste criatura, o cualquiera de los ocupantes del banco azul, a los que ella ajustaba las cuentas los miércoles: esa versión parlamentaria de Torrente, el brazo tonto del poder legislativo, que encarna  Ábalos o el peor ministro del interior que ha tenido la democracia española Ah, las preguntas a Carmen Calvo y su mirada de cabra sorprendida por el paso del tren. Qué soberbio cachetazo el que propinó a Bragueta Morada, después de que éste aludiera a ella como ‘señora marquesa’: “Usted es hijo de un terrorista. A esa aristocracia pertenece usted, a la del crimen político”. Iglesias respondió que pensaba recomendar a su “señor padre”, que ejerciera “las acciones oportunas”.

¿Qué son las acciones oportunas para un miembro de una organización terrorista, teniendo en cuenta que su hijo lo dice así, descarnadamente?¿Le mandaré a mis abogados o procederé por acción directa? Esperaré a que un juez desestime la querella de su señor padre para llamar ‘imbécil’ al inductor, teniendo en cuenta que Pablo Iglesias proclamó por dos veces por escrito, como un timbre de gloria, que su padre había pertenecido al FRAP, organización terrorista como todo el mundo sabe, menos la dirección de Podemos, la cópula de Galapagar.

Cayetana es la mejor cabeza y oratoria del Congreso. Ella y Macarena Olona hacían más llevaderas las sesiones parlamentarias. Al terminar, uno siempre se fijaba en los aplausos de Teodoro García Egea, siempre más tibios, ralos y breves que los de Pablo Casado, un suponer, sin que debamos engañarnos por las apariencias. La responsabilidad principal de su purga será de Casado, como la responsabilidad principal de Pablo Iglesias es de Pedro Sánchez. El problema para Pablo Casado y Teodoro García Egea es saber con qué argumentos van a pedir el voto las próximas elecciones después de haber silenciado a la voz más inteligente, brillante y culta que tienen en el Congreso de los Diputados. ¿Quién podrá convencerme a mí para que los vote y con qué argumentos?