ABC 08/03/15
· El partido de Mas basa su refundación en un discurso secesionista sin ambigüedades
Romper con el pujolismo, abrazar el discurso regenerador, refundar el partido, ganar las elecciones, mantener ERC a raya… los propósitos que se ha fijado Convergència Democràtica (CDC) para los próximos meses parecen una tarea imposible. En el partido de Artur Mas, sin embargo, creen que no, y aseguran tener la clave para ello: más indepedentismo.
Retroceso electoral La apuesta soberanista que ahora se refuerza ha coincidido con el retroceso electoral de la federación
Como las dietas milagro o los frascos crecepelo, el partido nacionalista, ahora ya independentista sin ambages, aprobó ayer el documento con las bases sobre las que en los próximos meses debería pivotar la refundación del partido. De entre las propuestas sobresale la apuesta clara y sin matices por el independentismo, la fórmula con la que «ilusionar de nuevo a la gente», una expresión con la que se reconoce lo que es una realidad inapelable: el partido está en horas bajas, un retroceso electoral que coincide con la apuesta independentista, la misma que paradógicamente ahora se insta a reforzar.
En este sentido, el documento aprobado ayer apuesta por «propagar la bondad de la independencia», al entender el partido que «el Estado propio es posible» y representa «la única salida para Cataluña». «Desde ahora hasta el 27-S tenemos que ilusionar de nuevo a la gente con una mezcla de entusiasmo y de hechos concluyentes. Tenemos que explicar que el Estado propio es posible y la única salida para poder vivir mejor», sostiene el documento.
El riesgo del 27-S
Así las cosas, y con un horizonte electoral para el que las encuestas pronostican más retroceso –CiU y ERC no sacan mayoría absoluta, según el último sondeo publicado–, el partido de Artur Mas ha decidido doblar la apuesta. Todo se fía a la independencia.
Junto a la apuesta «nacional», la refundación de CDC pretende basarse también en la regeneración democrática y el combate contra la corrupción. Con un partido al que los escándalos del Palau de la Música y, sobre todo, el caso Pujol han dejado muy tocado, la tarea no se presenta fácil. La confesión del patriarca del nacionalismo y las correrías de los miembros del clan siguen irradiando como una central nuclear. La pretensión de refundar el partido, en buena parte, surge de la necesidad de «matar al padre».
La mutación de CDC se hará por etapas. Sobre la base del documento antes apuntado se convocará una convención nacional en el mes de julio: después del primer examen electoral –las locales del mes de mayo– y antes de las autonómicas, en principio el 27 de septiembre. Para más adelante, princpios de 2016, celebradas ya las generales, se convocaría un congreso de refundación.
La mutación es pues gradual, un cambio escalonado que permitirá ir testando en las sucesivas citas electorales, lo que posibilitará que se puedan modular los mensajes, de manera particular con respecto al proceso soberanista. Por ahora, y al menos hasta que el resultado de las locales de mayo no lleve a la dirección a entender que la apuesta soberanista es sinónimo de castigo electoral, se impone la ortodoxia independentista. Un todo o nada.