EL PAÍS 17/07/15
· Los negociadores de CDC y ERC contemplan varios escenarios, especialmente las consecuencias judiciales y económicas
El acuerdo que Convergència y Esquerra seguían redactando ayer para presentarse juntos a las elecciones del 27-S y proclamar la independencia en caso de victoria contiene medidas para tratar de burlar la respuesta del Estado a la hipotética secesión. Los negociadores de CDC y ERC contemplan varios escenarios, especialmente las consecuencias judiciales y económicas. La llamada ley de transitoriedad, que es la que quieren aprobar en el Parlament entre seis y ocho meses después de las elecciones, supondría según CDC y ERC la “desconexión” o “ruptura” con el resto de España e incluiría esas medidas.
Oriol Junqueras fue claro ayer en una entrevista en Catalunya Ràdio: “Procuramos colarle goles al Estado”, respondió, cuando los periodistas usaron esa metáfora —“¿Le han colado a usted un gol?”— para preguntarle si había cedido demasiado al aceptar la lista conjunta. Luego concretó que la intención de esquivar las decisiones del Ejecutivo estará plasmada en el pacto, aunque no quiso dar detalles: “No daré pistas al Gobierno español de lo que decimos en las conversaciones para esquivarlo. Somos conscientes de que el Ejecutivo pondrá tantas trabas como ha puesto siempre. Tenemos que estar lo más preparados posible para superarlas”, dijo.
CDC y ERC calculan que las respuestas más plausibles que el Estado puede dar a la secesión es la vía económica —cerrar el grifo a la comunidad— o la jurídica, con los vetos del Tribunal Constitucional a cada norma que emane del Parlament. De ahí que una de las primeras leyes que quieran aprobar sea la de transitoriedad, una norma para mantener la mayoría de leyes en vigor y en la que incluirán fórmulas para intentar saltarse las trabas del Estado. “Esa norma [diría] que la ley española sigue vigente mientras construimos la nuestra. Es muy importante garantizar la seguridad jurídica de todo el mundo”, apuntó Junqueras.
Los negociadores son discretos en la fórmula, pero la base la escribió el Consejo Asesor para la Transición Nacional, el órgano de expertos formado por Artur Mas para redactar los informes preparatorios de la independencia. Antes de aprobar la ley, según sus textos, habría que preparar las “estructuras de Estado” necesarias para que, una vez se declarase la independencia, Cataluña siguiera funcionando. Una prioridad de CDC y ERC que el consejo resume en formar “la hacienda y la administración económica y tributaria, la seguridad social, el poder judicial, la seguridad pública, las infraestructuras, las telecomunicaciones, la energía y el agua y las relaciones exteriores”.
Con todo preparado, el régimen de transitoriedad se establecería en una ley que, según el Consejo, sería una Constitución provisional. Una norma que establezca la continuidad de las leyes que ya existen bajo el régimen autonómico con excepciones para las que choquen con la independencia.
El día después
Los expertos consultados por la Generalitat y los negociadores creen que habría manto jurídico para que los catalanes pagaran todos los impuestos en Cataluña o para hacer caso omiso al Constitucional: ya habría un texto marco provisional, a la espera de que se redactara uno nuevo para el hipotético Estado. Los negociadores no solo se están preparando para el día después de las elecciones: para llevar a cabo todos sus planes, primero tienen que ganarlas. Por ello los equipos de campaña de CDC y ERC ya se están coordinando para diseñar la estrategia para el 27-S. Mas, Junqueras, y los tres primeros nombres de la lista independentista (Raül Romeva, Carme Forcadell y Muriel Casals) harán actos conjuntos.
Romeva, que encabezará la lista pero no será el candidato a presidente —la investidura está reservada para Mas en caso de ganar los comicios— negó ayer que la candidatura sea para salvar al actual líder catalán: “No es la lista de Mas ni de ERC. Es la papeleta del sí [a la independencia]”, dijo.