JAVIER REDONDO – EL MUNDO – 24/12/16
· En el PP, el pater fundador ha dado un portazo y se ha ido a su cuarto sin cenar. En el Gobierno hacen como que no se han enterado. Los villancicos del diálogo con los separatistas y la recuperación económica suenan alto y el pater tiene mal carácter: hace tiempo que no aprueba el menú socialdemócrata ni el rigodón en Cataluña. La izquierda saca del cajón sus desgastadas consignas sobre lo que representa Aznar y su Faes y sobre todo celebra que los ricos también tengan problemas en casa. No es un sentimiento propio de la Navidad, pero sí un consuelo.
El congreso de febrero será un paseo para Rajoy. Sorteado el plúmbeo asunto de las primarias –que C’s ha despachado con notable solvencia, no sin contradicciones y algunos viejos usos–, el debate ideológico se cocinará a fuego lento y sin que los olores atufen al vecindario. El PP al completo, desde el pater hasta Cifuentes, sabe que su proyecto político abarca todo lo que la izquierda deje a su derecha. La discusión se reduce a dónde situar el punto de equilibrio.
A pragmáticos, tecnócratas y socialdemócratas no les preocupa que ese punto muestre cierta tendencia a deslizarse a la izquierda a medida que lo hace también el grueso de la sociedad. Para liberales y reformistas, el centro matriz no puede desplazarse porque constituye, hagamos un guiño a los tiempos, «el núcleo irradiador» del ideario. Y si la izquierda impone su discurso es porque la derecha abandona el campo de batalla. La cena discurre, en todo caso, plácida. Si bien, Rajoy a quien verdaderamente quiere sentar a su mesa es a Javier Fernández.
Hace justo un año, el 24 de diciembre de 2015, EL MUNDO tituló en portada: «Sánchez desafía a Susana Díaz y se abre a pactar con Podemos». Han pasado muchas cosas y a gran velocidad en Ferraz. Sánchez ya no vive aquí pero la cena se presenta movida otra vez. Ningún candidato pretendidamente de consenso lo es. Los días pasan, Díaz no termina de coser al partido y el grupo parlamentario busca su sitio en la oposición al tiempo que respira con el oxígeno del PP. Ha firmado con el Ejecutivo un pacto energético para socorrer a familias sin recursos. Por si fuera poco, no ha sentado bien que el décimo premiado no lo comparta toda la parentela y que el gerente, según algunas fuentes, haya puesto una denuncia en comisaría porque ha extraviado el billete.
Aparte del número de lotería, también buscan un hecho de autoafirmación y diferencial respecto del PP. Lo han encontrado en la proposición de derogación de la reforma de ley del TC y en la defensa de la celebración de primarias competidas y reñidas. Ambas posturas tienen un precio, y la primera un alto coste.
En relación con la segunda, en Podemos el asunto está más reciente: su tingladete de Tigres y leones en el que «todos quieren ser los campeones» ha despertado interés entre el público –no tanto en su militancia, que comienza a mostrar signos de apatía como las demás–, que saca boletos para Vistalegre. Se espera que el despliegue televisivo del contraprogramado desenlace esté a la altura de la otra exitosa serie del mismo grupo mediático. En una noche como esta, que brinden juntas familias y adversarios. Feliz Navidad.
JAVIER REDONDO – EL MUNDO – 24/12/16