Isabel San Sebastián-ABC
- ¿Dará Casado patente de corso a Sánchez para dos meses de desescalada caótica?
La jugada es muy zafia: el Gobierno dicta su trágala y el PP lo respalda en el Congreso, so pena de sufrir el ataque despiadado de la formidable maquinaria propagandística que trabaja al servicio de Moncloa. Si se opone y vota no, las televisiones y demás medios adictos, debidamente subvencionados, le culparán de lo que pueda ocurrir, del mismo modo que ahora cargan las tintas contra los «padres insensatos» que pasearon con sus hijos el pasado domingo, en lugar de señalar la responsabilidad de Pedro Sánchez en la desastrosa gestión de esta crisis. La coacción ha funcionado hasta ahora a plena satisfacción del PSOE, que sale victorioso de cada lance parlamentario no con el apoyo de sus socios, sino con
el del rival al que muestra un desprecio creciente a medida que pasa el tiempo ¿Hasta cuándo se dejará maltratar Pablo Casado?
Hay que reconocer al presidente una habilidad para la política de bajos fondos equiparable a la inepcia demostrada en la de altos vuelos. No es capaz de impedir la escalada de víctimas mortales, ni de frenar los contagios, a pesar de tenernos confinados desde hace más de cinco semanas, ni de brindar protección a los sanitarios, proveernos de mascarillas o pruebas de detección del virus, ni mucho menos paliar el descalabro económico, pero domina el campo de la mentira y alcanza la maestría en el de la manipulación. Porque hace falta mucho arte para conseguir que la oposición a la que ofendes en cada intervención, la oposición con la que no compartes una sola decisión ni consultas una disposición, te saque las castañas del fuego cuando necesitas sus votos para prorrogar un Estado de Alarma que aprovechas para colar de rondón medidas por completo ajenas a la lucha contra la pandemia, encaminadas a avanzar en el proyecto sectario de izquierda extrema que esa fuerza, el PP, ha combatido desde su fundación.
Hasta la fecha, Sánchez ha utilizado la situación de excepcionalidad para colar por la puerta trasera, entre otros, los siguientes caballos de Troya: La presencia de Pablo Iglesias en el CNI, que a él mismo le quitaba el sueño hasta que lo metió en su cama. El decreto ley de Medidas Procesales y Organizativas, cuya aprobación sin debate ni dotación de recursos tecnológicos tiene en pie de guerra a la Carrera Judicial, que abre la puerta de facto a tribunales especiales y altera gravemente el funcionamiento de la justicia. La orden del Ministerio de Educación que faculta a las comunidades autónomas para conceder aprobados generales con total desprecio del esfuerzo y mérito de los alumnos, antesala de una reforma de mayor calado que pretende eliminar la educación especial y poner serias trabas a la concertada, en coherencia con la tesis expresada por la ministra Celaá según la cual los niños no son propiedad de sus padres, sino del Estado, para que los adoctrine a su antojo. La propiedad es de hecho un concepto clave en esta serie de abusos liberticidas, toda vez que, con el pretexto de la epidemia, el Ejecutivo ha declarado abolida la propiedad privada de viviendas desocupadas, si alguna Administración las necesita para realojar a víctimas de violencia de género, o la de test de detección del Covid-19 adquiridos por las empresas para garantizar la seguridad de sus trabajadores, incautados con total impunidad en un acto de arbitrariedad absoluta.
Ahora el telepredicador Sánchez nos anuncia dos meses de desescalada caótica, sin más guía que el primitivo método de ensayo/error. ¿Le dará Casado otra patente de corso o se plantará ante este burdo chantaje?