EL MUNDO – 04/10/15
· La Guardia Civil señala entre los autores intelectuales a ‘Mikel Antza’, lo que evitaría su salida de la cárcel en 2016.
· Un nuevo informe remitido al juez por la Guardia Civil señala a cinco dirigentes de ETA como autores intelectuales del asesinato del dirigente del Partido Popular Gregorio Ordóñez, el 23 de enero de 1995 en el restaurante La Cepa del barrio viejo de San Sebastián.
El Instituto Armado sostiene que los cerebros de uno de los crímenes más destacados de la banda terrorista fueron Mikel Albizu –Mikel Antza–, Ignacio Gracia Arregui –Iñaki de Rentería–, José Javier Arizkuren Ruiz –Kantauri– Julián Achurra Egurola –Pototo– y Juan Luis Aguirre Lete –Insuntza–.
Hay que destacar que a Mikel Antza–actualmente encarcelado en Francia– no se le ha podido relacionar hasta ahora de forma directa con ningún asesinato. De hecho, cumple condena por pertenencia a banda armada, pena que finaliza el año que viene. Si esta causa sobre Ordóñez, o el sumario por delitos de lesa humanidad en el que está imputado, no le incriminan definitivamente, el dirigente etarra podrá salir en libertad en 2016.
En el informe sobre el asesinato del dirigente popular, la Guardia Civil desglosa la relación e implicación de cada uno de los reseñados en el Comité Ejecutivo de ETA. En el caso de Mikel Antza, concluye que formó parte de dicho comité entre mediados de 1994 –cuando adquiere la responsabilidad del aparato político– y el 3 de octubre de 2004, día de su detención. «Como integrante del Comité Ejecutivo habría participado en la toma de decisión de asesinar a Gregorio Ordóñez», concluye el Instituto Armado.
La causa sobre Ordóñez estaba a punto de prescribir
De hecho, estaba sobreseída de forma provisional, a un paso de que por este asesinato sólo pagaran los autores materiales. Pero las víctimas, la familia y Covite, entre otros, no estaban dispuestos a que el sumario quedara en una vía muerta, como ha sucedido con tantos y tantos casos que han acabado prescritos, quedando impunes sus autores.
Porque lo que pretendían era poner nombres y apellidos a aquellos terroristas que idearon el plan, los que dieron la orden, los que autorizaron al comando a acabar con la vida de uno de los políticos emergentes más emblemáticos en aquellos años en el País Vasco.
Y la justicia atendió la petición de las víctimas
El Juzgado Central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional solicitó a la Guardia Civil que agentes especializados en la lucha antiterrorista redactaran un informe sobre la responsabilidad de dirigentes de ETA en el atentado cometido por el comando Donosti el 23 de enero de 1995 en San Sebastián.
En el documento los efectivos de Información del Instituto Armado señalan sin duda a cinco responsables de ETA como los que dieron la orden de asesinar a Gregorio Ordóñez. El informe está compuesto por un centenar de folios en los que se aportan referencias a los indicios y pruebas que avalan que estos cinco señalados formaban parte de la cúpula etarra. Además, la Guardia Civil incluye material histórico de referencia, con más de 50 anexos.
El escrito, al que ha tenido acceso EL MUNDO, detalla cómo el Comité Ejecutivo de ETA dio paso a un cambio de estrategia y fijó su atención en «los políticos». Los especialistas del Instituto Armado relatan históricamente cómo los terroristas, desde los años 70, asumen las órdenes de cada cúpula. «Esta estructura de dirección era la encargada de controlar y dirigir toda la actividad de la banda a través de una red de enlaces encargados de transmitir sus directrices».
«Los integrantes del Comité Ejecutivo no han estado física y personalmente en cada uno de los movimientos, acciones, atentados terroristas, etc. que realizaban los miembros de ETA. Sin embargo, dentro del propio funcionamiento interno de la banda, el Comité Ejecutivo ha sido (aún lo es) el órgano encargado de diseñar la estrategia de la banda y de dirigir y coordinar todos los medios para llevarla a cabo». Su forma de actuar es «siempre colegiada» en la toma de decisiones.
«Todos los comandos y aparatos de acción quedan reducidos a la condición de mero instrumento de la cúpula directiva», agrega la Guardia Civil. «El Comité Ejecutivo interviene en la decisión, coordinación, selección de objetivos, envío de información sobre los mismos, entregas del material necesario para atentar contra éstos, la designación genérica del objetivo contra el que atentar y la orden expresa de llevar a cabo el atentado terrorista».
El informe revela así cómo se configura y quién forma parte de ese Comité Ejecutivo que selecciona y ordena las actuaciones etarras en enero de 1995, en las fechas en que se prepara y se comete el asesinato de Gregorio Ordóñez.
Fue ese grupo dirigente, por tanto, el que «tomó la decisión de forma colegiada de llevar a cabo acciones terroristas contra militantes y dirigentes del PP y del PSOE». Fijar la atención en los políticos se convirtió «en objetivo prioritario de ETA» desde julio de 1993, por orden del Comité Ejecutivo.
La idea de atentar contra Gregorio Ordóñez «estaba enmarcada dentro de la nueva línea oficial de ETA y por consiguiente de la estrategia de desestabilización diseñada por su Comité Ejecutivo». La decisión de matar al teniente alcalde de San Sebastián la tomó el Comité Ejecutivo y fue Francisco Javier Arizkuren Ruiz, Kantauri, quien se encargó de trasladarla a los liberados del comando Donosti Javier García Gaztelu y Juan Ramón Carasatorre, que la ejecutaron.
EL MUNDO – 04/10/15