EL MUNDO 27/03/13
· El Govern pide a Montoro que le deje tener un tercio del objetivo de déficit estatal.
CiU y ERC han entrado en una dinámica de confrontación declarativa que no parece tener fin. La semana pasada, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, invitó a los republicanos a entrar en el Govern. El lunes, el líder de Esquerra, Oriol Junqueras, condicionó su incorporación al Ejecutivo a que Mas fije una fecha para el referéndum independentista y haga una pregunta clara. Ayer, el conseller de la Presidència, Quico Homs, avisó de que si ERC no apoya su presupuesto no habrá consulta.
Los unos dicen y los otros contestan, y mientras, la casa sin barrer. Porque, a pesar de estar acabando el mes de marzo, el Govern todavía no tiene presupuesto para este año. Está a la espera de ver cuál es el objetivo de déficit que Europa fija para España. Y también aguarda para saber qué límite de déficit impone el Estado a las comunidades autónomas.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, había hablado siempre de poner un techo del 0,7% del PIB a las autonomías. La Generalitat ve esa cifra inasumible, porque implicará nuevos recortes de 4.400 millones de euros. Esquerra aún la ve más inaceptable, porque, al ser un partido de izquierdas, sabe que su electorado no aceptará que se apunte a la política de los ajustes.
Las cosas han estado enrocadas en estas cifras durante meses. Hace dos semanas, Mas anunció un cambio de estrategia e inició una nueva etapa de «diálogo» con el Gobierno central. Esas conversaciones dieron su fruto, porque Montoro se mostró por primera vez dispuesto a flexibilizar el objetivo de déficit para Cataluña. No obstante, el ministro no dio cifras concretas.
Homs explicó ayer que la Generalitat vería aceptable elaborar un presupuesto sujeto a un límite de déficit equivalente a un tercio del que deba asumir el Estado por mandato de la Unión Europea. Es posible que la semana que viene se conozcan esas cifras, la situación se desbloquee y el conseller de Economía, Andreu Mas-Colell, pueda presentar por fin el presupuesto de la Generalitat para 2013.
Lo que sigue siendo un misterio es si ERC apoyará o no esas cuentas. Ni Junqueras ni la secretaria general de su partido, Marta Rovira, sueltan prenda. «Puede que sí o puede que no», vienen a decir cada vez que se les pregunta por el asunto. Una ambigüedad que ha debilitado las relaciones entre CiU y ERC.
Cuando, tras las pasadas elecciones, los convergentes se quedaron con 50 escaños, a 18 de la mayoría absoluta, Mas se vio obligado a buscar un socio que le permitiese sacar adelante sus propuestas para esta legislatura. Lo encontró en ERC y ambos partidos firmaron un pacto de estabilidad parlamentaria, pero los republicanos se negaron a entrar en el Govern.
Junqueras se comprometió a apoyar los presupuestos y otras leyes de CiU a cambio de que ésta fijase una fecha para el referéndum. Se decidió, por escrito, que la consulta se haría en 2014 a más tardar. Y también se pactó una serie de medidas para ir allanando el camino hacia ese plebiscito, como la declaración de soberanía, la ley de consultas o la creación del Consell per a la Transició Nacional, recordó ayer Homs.
Pese a que el Govern ha hecho esos deberes, ERC recela de CiU, porque teme que su «diálogo» con el Gobierno central implique la anulación de la consulta. Al tiempo, CiU recela de ERC, pues sospecha que se puede echar atrás en el último momento y dejar plantado a Mas en el mismísimo altar, compuesto y sin presupuesto.
EL MUNDO 27/03/13